Para Miguel Herrera, ahora exentrenador del Club América, sus acciones fuera de la cancha, esas fuertes emociones que lo orillaron a su salida de Coapa, fue un "pretexto" que tomó la directiva.El mexicano explicó lo que sucedió con Ante Razov, auxiliar del LAFC, y que eso no fue el verdadero motivo de su cese."Me fui al vestidor tranquilo […] el objetivo que era seguir con el marcador a favor y aprovechar ese hombre de más que teníamos, entonces me parece que buscarle a esa situación es un pretexto, porque al final de cuentas soy así: soy pasional, no voy a cambiar de la noche a la mañana y no voy a cambiar porque eso reflejan mis equipos, la pasión y la determinación que siempre he mostrado", comentó Herrera, en ESPN."¿Que tengo que ser mesurado, sí", añadió el timonel, tras su salida de las Águilas. "Hay cosas que he hecho que obviamente perjudican en mi trabajo, sobre todo después de lo del 2015 [bronca con Christian Martinoli], sin duda alguna son circunstancias que uno tiene que reflexionar".Herrera añadió que desde episodio en el aeropuerto de Filadelfia, no hay vuelto a enfrentar a alguien más a golpes."Dimes y diretes, pérdidas de concentración, sí; la de haber insultado a un árbitro [decirle 'puto' a Marco Antonio Ortiz] cuando iba saliendo del estadio, que además lo dije de tonto a los medios que me preguntaban cuando me tenía que haber seguido, y esas son las calenturas que a uno de repente lo llegan a perjudicar".Miguel añadió que nunca le perdonaron una en el América y le cobraron todos los errores que cometió. Por último, agradeció a todos los que involucran al club, por sus dos etapas al frente del equipo y en las cuales ganó cuatro títulos. AJ