Vistió una de sus mejores galas, lució como en sus mejores tiempos. El Estadio Jalisco lloró una dolorosa derrota de uno de sus hijos consentidos. Los Leones Negros apenas empataron con los Cafetaleros y con esto perdieron en el marcador global 3-2 en la Final de la Liga de Ascenso y se quedaron con las ganas de pelear por el Ascenso. Ante esto, más de 50 mil almas lamentaron los desaciertos de sus jugadores y el gozo se fue al pozo.Ambiente familiar, muchos niños, señoras, jóvenes universitarios, todos estaban listos para acompañar a la UdeG a dar la vuelta olímpica, pero todo se quedó en mera intención. El futbol se vio como en sus mejores tiempos desde la tribuna, sin grupos de animación ni cánticos sudamericanos, sólo porras y gritos de apoyo, con la ola incluida que no dejó de pasar, mientras los Leones tenían la ventaja en el marcador.La venta de cerveza seguía, todos querían tener algo en la mano ante los nervios de ver cómo caían los goles visitantes, al punto de la frustración al ver al arquero rival tirarse al césped a hacer tiempo y a comprender los “berrinches” de un “Vikingo” Dávalos que lucía como león enjaulado en su área técnica.Una falta cerca del área, minutos finales y la esperanza creció, el silbante Óscar Mejía le regaló minutos de esperanza a los miles de seguidores melenudos, pero todo quedó en un suspiro ahogado. Llegó el final y el lamento llegó, un sueño no se cristalizó y ahora a ver la Final de Ascenso entre Alebrijes y Cafetaleros desde la televisión.“Increíble, se notó que desde el primer minuto salieron a no perder, cuando lo que necesitaban era ganar. Nos tuvieron con el alma en un hilo y al final no pudieron, pero sí le echaron muchas ganas”, dijo Ramiro, aficionado de la UdeG que apareció en el inmueble de la Calzada Independencia enfundado en su jersey de los felinos.