Jueves, 21 de Noviembre 2024

Rafael Almaraz: Una voz dedicada al fútbol

Triunfos, emociones, muchos goles y hasta desilusiones con figuras del futbol, conforman las memorias de más de cinco décadas del reconocido locutor 

Por: Ricardo Sotelo

La de Rafael Almaraz es una voz inconfundible entre la afición tapatía al futbol. CORTESÍA

La de Rafael Almaraz es una voz inconfundible entre la afición tapatía al futbol. CORTESÍA

Sin haber sido un futbolista profesional, Rafael Almaraz Hernández es una leyenda del futbol tapatío. Su inconfundible voz, considerada por sus registros como barítono, se mantuvo por más de 50 años en la cabina del mítico Estadio Jalisco, escenario en el que pudo relatar los más grandes acontecimientos de la historia del balompié jalisciense. 

Sobrio, reflexivo y con una memoria fotográfica, el locutor nos recibe en su casa para desempolvar los recuerdos de su trayectoria en los medios de comunicación. Un breve repaso de sus años en la radio, su apasionada afición por los rojinegros del Atlas y por supuesto, el entrañable lazo con el Estadio Jalisco.

- ¿Está retirado de los micrófonos?

- Totalmente. Desde que me retiré a finales del 2018, nada más fui invitado a la Semifinal del Atlas contra Pumas en el Apertura 2021 y di las alineaciones. Y después se grabó un documental de Benjamín Galindo, me hablaron para que participara y me invitaron al Estadio Jalisco y me hicieron una entrevista. Esas son las únicas dos veces que me han invitado desde que me retiré. 

- ¿Dónde ha conseguido más alegrías? ¿En la radio o en el futbol?

- Son diferentes completamente, pero yo creo que igual. Por ejemplo, si estamos hablando de futbol, pues en ese momento de futbol. Si me invitas a pasar un programa de radio o voy a la radio, pues la radio. En ambos casos nunca llegué tarde y disfruté plenamente de las dos. 

- ¿Siempre fue futbolero?

- Desde niño, cuando mi padre me llevó de la mano al parque Oro o Martínez Sandoval que era donde se vivía la fiesta del futbol en la década de los 50. Ahí jugaba el Nacional, el Oro, el Atlas y el Guadalajara y una vez me llevaron a un Atlas contra Cuautla. Era un partido de Segunda División y de ahí me enamoré del Atlas, siendo mi padre un ferviente seguidor rojiblanco. Saliendo le dije, “ese equipo me gusta” y como dicen por ahí, hasta el crematorio voy a dejar de ser rojinegro.

- En el Estadio Jalisco usted ha visto todo, pero ¿con qué recuerdo se queda de los 50 años en el Monumental?

- Disfruté los mundiales del 70, el del 86 y el del 72 de las damas, pero el que más disfruté fue el del 70, porque me tocó narrar los goles de Edson Arantes do Nascimento “El Rey Pelé”, que fue extraordinario junto a esa Selección de Brasil que maravilló al mundo.

- ¿También les puso apodos a algunos futbolistas?

- Nunca fui mucho de apodos. El único que en realidad puse fue el del “Maestro” Benjamín Galindo, y fíjate que no lo planeé; todo fue espontáneo, porque cuando estoy dando la alineación surgió así. Ese día llegué muy temprano y me metí a la cancha y ya cerca de la portería dije: “¿Cómo le hace Benjamín para meter el balón en los ángulos?” Estando ahí, vi la portería chiquita y confirmé que sólo un maestro con esa habilidad podía anotar goles y meter el balón en los ángulos. Ya para dar las alineaciones llego al número 10, y dije “El Maestro” Benjamín Galindo. 

- ¿Le agradeció alguna vez por el mote?

- Sí, como no. Alguna vez en el Club Guadalajara lo estaban entrevistando y me esperé, ya cuando terminó me acerqué y le dije, “Benja, ¿Te molesta que te digan en el estadio ‘El Maestro’ Benjamín Galindo? ¨ - y me dijo, “No, se oye bien padre. Me gusta mucho”. Y ya le dije, mira soy Rafael Almaraz, la voz del Estadio Jalisco y soy la persona que se atrevió a decirte así.

La radio, su primer amor

Rafael Almaraz ha sido un enamorado de la radio toda su vida y a lo largo de 60 años las cabinas fueron su pasión.

Sin embargo, para él se trata de un medio que ha ido evolucionando desfavorablemente, pues en la ciudad, es un medio que es cada vez menos socorrido.

- ¿Escucha la radio actualmente?

- Duré 60 años en la radio y en la actualidad ya casi no la escucho. Hay sólo una estación que de repente suelo sintonizar y es “Fórmula Melódica”, pero como yo conozco la programación a veces digo “esa canción yo no la programaría” y me pongo a criticar y mejor la apago. 

- ¿Ha querido regresar a una cabina?    

- Sí me gustaría, aunque ya tengo cinco años de retirado y se va desvaneciendo ese deseo. Y pasa algo que parece imposible de explicar: del 99 por ciento de los sueños que tengo estoy en cabina, programando, anunciando o conduciendo. Imagínate, soñar todos los días que estoy en una cabina de radio. 

- ¿Dónde quedó esa radio que usted conoció y en la que desarrolló su carrera?

- Ya no hay. Ya no existe la radio. Era hermosa la que yo conocí allá por 1959. En aquellos tiempos se escuchaba mucho (entona) “Aquí, La voz de Guadalajara”, que era HK y luego me fui a trabajar a Canal 58 y hoy ya está desaparecida. Esa estación era la única que transmitía futbol y que tuvo a las mejores voces deportivas, entre ellos a Susano Santos Flores, pero eran muchas voces reconocidas. Hoy escuchas a cada personaje que de plano dices, ¿qué es eso? ¡Dios mío! Ya se acabaron la radio.
 
- En su momento no cualquiera podía ser locutor de una estación. ¿Usted contaba con licencia?

- Sí, y fue uno de los momentos más inolvidables. En 1967 ya era la voz del Estadio Jalisco, pero me propuse ser locutor de radio porque era lo que me gustaba. Entonces me lancé a la Ciudad de México y llegué a la Secretaría de Educación Pública, al departamento audiovisual y solicité que se me aplicara el examen para obtener la licencia de locutor, con la cual sólo te daban empleo en las estaciones de radio. Me llegó un telegrama para que me presentara y fui. Pasé el examen escrito y luego el oral y me aprobaron para darme mi licencia con el número 603 y ya estando en México dije: “ya soy locutor”.

Rafael Almaraz fue una de las voces características de la radio tapatía en su época dorada. ESPECIAL

La ocasión que Rafa Márquez calló a la voz del Jalisco

En sus poco más de cinco décadas como voz del Estadio Jalisco, Rafael Almaraz cuenta con un sinfín de anécdotas en torno al futbol, pero una que lo dejó marcado en sus últimos años en la cabina del Monumental de la Calzada Independencia, fue cuando un ídolo cayó de su pedestal

- ¿Alguna vez le regalaron playeras los futbolistas?

- Claro, y quiero ser muy franco, no me gusta acercarme a los jugadores, quizá porque trabajo en el estadio. Pero un amigo me dijo en una ocasión que le consiguiera la camiseta de Claudio Suárez, cuando estaba en las Chivas y le dije, “déjame ver”. Un día de partido me acerqué a los vestidores y le dije a Claudio si “había posibilidades de que me diera su camiseta, así sudadita después del partido”. Él, muy sencillo me dijo que sí y me la entregó ya terminado. Pasó el tiempo y el mecánico donde llevo mi carro me dijo que si le podía conseguir la de Ramón Ramírez y otra vez me acerqué, con todo y pena le dije lo mismo a Ramón, que si me podía obsequiar su camiseta. Con una sencillez de los grandes me comentó que “con todo gusto” y pues mi amigo feliz porque es chiva de hueso colorado. Cuando cumplo 50 años en el Estadio Jalisco, eso fue en el 2017, me animé y esperé en los vestidores al camión del Atlas y me acerqué a Rafael Márquez y le dije “Rafa, soy la voz del Estadio Jalisco, soy Rafael Almaraz y quisiera saber si hay posibilidades de que me regales la camiseta con la que juegues hoy, ya que cumplo 50 años aquí y me gustaría tenerla. Volteó y me dijo: “No, no es posible”. Le dije gracias y me retiré… 

Rafael Almaraz hace un silencio prolongado después de esta respuesta.

- ¿Este silencio es para que cada quien lo interprete?

- Claro. Un grande. Dicen que es un grande, porque los cronistas y los comentaristas se encargan de inflar y de desinflar. 

Un adiós por decisión propia

Para miles de aficionados al futbol en Guadalajara, las idas al Estadio Jalisco contaban con un ingrediente inconfundible: la voz de Rafael Almaraz; sin embargo, paulatinamente fue desapareciendo ese elemento, aunque hoy en día una gran parte de la afición tapatía sigue preguntándose qué ocurrió con la voz del Monumental.

- ¿Por qué se fue del Estadio Jalisco?

- Hubo detalles muy desagradables que no quiero ni mencionar, pero todo fue por el trato que se me dio en la administración de TV Azteca con el Atlas. Eso sí, quiero dejarlo muy claro, a mí nadie me corrió, yo renuncié. 

- ¿Se fue desilusionado por el trato que recibió?

- Sí. Me fui incómodo, melancólico. Después de asistir 51 años a un estadio, ser la voz y con el reconocimiento, ahora me toca ver los partidos a través de la televisión, ver el Estadio Jalisco y escuchar otras voces que se alcanzan a percibir. Sí, hay melancolía, pero como dicen, nada es eterno y todo inicio tiene un final.

- ¿Cree que Guadalajara tiene mala memoria con sus personajes?

- Yo diría que hay ocasiones raras. Por ejemplo, un amigo tuyo que fallece y sientes la pérdida el primer día, con el tiempo se borra. Yo tuve un programa de éxitos que se llamaba “La máquina del tiempo”, y tenía mucho rating con la gente de aquella época. Hoy si tú le preguntas a un chavo pues no tiene idea y es normal.

- Con más de 50 años en el Estadio Jalisco y una carrera consolidada en la radio, ¿qué le falta por cumplir?

Desgraciadamente los años te cobran factura. Si no hubiera sido por esos detalles del 2018, de TV Azteca que administraba al Atlas, todavía seguiría siendo la voz del estadio. Pero mira, por algo suceden las cosas y ya ¿qué puedo decirte? Volver al estadio lo veo muy difícil. La radio sí me gustaría, pero está acabada. Ahora ya con el modernismo se acabó la radio. Lo que sí quiero dejar en claro a toda la afición es que a mí no me corrieron del Estadio Jalisco; yo soy el que ya no quise ir.

Antes de dejar la cabina del Estadio Jalisco, Almaraz recibió un reconocimiento de la entonces directiva del Atlas, en 2018. ESPECIAL

CT

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