El Real Madrid fue remontado en la vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones y eliminado por el Ajax, en la derrota más dura de su historia en la competición (1-4), que plasmó los defectos de un proyecto con mala planificación, sin defensa ni identidad y con Ramos en el palco grabando un documental.El Real Madrid fue un manojo de nervios desde que encajó el primer tanto a los siete minutos. Su defensa no existió y su identidad tampoco. Hizo aguas en todo momento ante la velocidad y la calidad de los jugadores del Ajax, más frescos por el descanso que tuvieron el fin de semana, ante un equipo castigado físicamente por la falta de rotaciones en seis días en los que perdieron las tres competiciones y bloqueado mentalmente tras caer en los clásicos. Cada defensa se agarró a su peor versión para mostrar sus nervios y una debilidad total. Cada ataque del rival generó peligro. La sensación de que el siguiente tanto podía llegar estaba presente en un Santiago Bernabéu que no creía lo que veía en una competición que hasta la fecha transformaba a una plantilla que tocó fondo.Quedó demostrado que la elección de Sergio Ramos en la ida y su consulta al banquillo en Amsterdam, fue un exceso de confianza de los que se pagan. Interpretaron que el 1-2 dejaba un escenario perfecto para provocar la cartulina amarilla y pasar limpio a cuartos. En la vuelta su equipo jugó sin su líder en el campo, que dejó una imagen que muestra en lo que se ha convertido el fútbol moderno, el capitán con su palco personalizado para la ocasión, grababa un documental para Amazon en un capítulo que si no es retocada plasmará el sufrimiento de un futbolista con sentimiento de culpa que debía estar en el terreno de juego intentando salvar un proyecto que se iba a pique, acelerando un fin de ciclo.El Real Madrid recuperó en seis días todos los problemas del inicio de temporada con Julen Lopetegui, especialmente plasmados en la falta de pegada y con el factor suerte dándole la espalda. El encuentro arrancó con un testarazo de Casemiro al travesaño y cerró una primera parte de inferioridad, con el poste evitando el tanto de Bale. Esas dos acciones habrían cambiado el escenario del encuentro, con la posibilidad para Solari de retrasar metros y esperar al rival en su terreno para lanzar contragolpes. Se sumaron dos lesiones seguidas que cambiaron de golpe los planes. El brasileño Vinicius, al que se encomendó el madridismo en momentos de crisis para su reacción, y Lucas Vázquez se marcharon con lágrimas de un partido que se torcía y para el que no hubo arreglo.A la hora de la verdad Solari solo confió en doce jugadores de campo y lo pagó caro. Apenas rotó en una semana en la que se jugaba todo, apostando por futbolistas que protagonizaron la reacción con una racha victoriosa que tuvo su punto álgido en la conquista liguera del Wanda Metropolitano y la buena imagen del Camp Nou en Copa. Futbolistas de la importancia de Isco, de nuevo en la grada, Marcelo, Gareth Bale o Marco Asensio, que estaban destinados a tener otro papel, estaban sin ritmo de competición cuando tuvieron que dar el paso para poder ser los salvadores. El Ajax, repleto de jóvenes jugadores con las piernas frescas, tras una semana libre de competición, estuvo muy por encima en lo físico de un grupo de futbolistas con fatiga tras dos clásicos de máxima intensidad. La gestión de la plantilla acabó jugando en contra del técnico argentino.En los tres partidos que decidían tres títulos, los dos clásicos de Copa del Rey y LaLiga, más el Ajax en la Liga de Campeones, el 9 del Real Madrid se quedó seco y no tuvo presencia en el área. Ni un gol en partidos claves del curso. Su mejoría goleadora nunca llegó ante rivales directos, salvo un tanto en la Supercopa de Europa que no sirvió para nada ante el Atlético de Madrid. La planificación de la directiva madridista de no reforzar la delantera tras la salida de Cristiano Ronaldo, no dio el resultado esperado. El gol debía repartirse entre jugadores que no han dado el paso adelante esperado y el Real Madrid ha acusado la ausencia de un delantero centro puro.