Niños dormidos, mexicanos abandonando el Estadio y una rechifla constante, así fue como terminó la afición azteca ayer en el Alamodome, donde México fue goleado 4-0 por Argentina, equipo que liquidó a una zaga endeble en el primer tiempo y con eso mató todas las ilusiones de los paisanos de ver triunfar al Tri.Las bandas en la cabeza, las banderas tricolor, máscaras de luchador y lo ruidoso de las matracas no asustaron a los pamperos, mucho menos a Lautaro Martínez, quien del minuto 12 al 39’ logró vacunar a México en tres ocasiones, todas ante fallas de Néstor Araujo.La afición mexicana no perdonó las labores defensivas tricolores y cada que Araujo y Carlos Salcedo tocaban el balón o buscaban marcar, los seguidores argentinos se emocionaban, mientras que los mexicanos comenzaban la rechifla y los cortes de manga.Al final, no pasaron ni 45 minutos para que los mexicanos, que pagaron entre 50 dólares y 600 dólares por un boleto, decidieran marcharse al complemento, cuando México ya estaba liquidado y sin opciones.Para tratar de esconder lo deteriorada que se encuentra la cancha del Alamodome, los organizadores del partido recurrieron a la solución más “fácil”: Pintar el césped.Así se hizo notar desde el entrenamiento del lunes, cuando los zapatos y el uniforme de los jugadores que entrenaron en el estadio terminaron pintados de verde.La Federación Mexicana de Futbol (FMF) ha levantado una seria protesta ante Soccer United Marketing, debido a que la deteriorada cancha podría causar alguna lesión de los futbolistas.Gerardo Martino y Lionel Scaloni, directores técnicos de ambos equipos, ya habían hecho pública su molestia por este asunto.