No es un adiós, es un “buen camino”.Amigos, familiares y allegados se rindieron ante él. Aplausos y lágrimas, todos unidos por un sonoro “¡Jorge, Jorge!”.Así fue como ayer fue despedido Jorge Carlos Vergara Madrigal luego de recibir un homenaje póstumo a poco más de una semana de su partida, esto con una celebración eucarística llevada a cabo en el Estadio Akron, ante poco más de cuatro mil personas, entre directivos, jugadores, amigos, familiares, distribuidores de Omnilife y afición del Deportivo Guadalajara.En momentos fue emotivo, en otros tantos solemne, pero siempre mantuvo las emociones a flor de piel, sobre todo cuando Amaury Vergara, hijo del empresario tapatío, tomó el micrófono y con voz quebrada en ocasiones, pero con la seriedad y cordura que se necesita al ser el heredero, leyó una carta que le escribió a su padre.“Te dirijo estas palabras del corazón porque quiero que el mundo sepa el gran amor que te tenemos todos los que vivimos contigo. El amor y el cariño que te mereces siempre. Querido ‘Pa’, tú que siempre me enseñaste que tener miedo a la muerte era un error. Que en cualquier momento y sin saber ‘te salía un tiburón por la coladera’. Tú me decías ‘El miedo no sirve para nada’”, comenzó el hijo de Jorge Vergara con la lectura de la epístola.Mientras los presentes prestaban atención, el mensaje continuó: “Durante mucho tiempo creíste que no habías cambiado a México para bien y ¡mira todo lo que hiciste!“¡Cuántas vidas cambiaste y tocaste! Todo lo que devolviste y regalaste desinteresadamente. ¡Qué ejemplo! ¡Qué vida! ¡Viviste al máximo Jorch! (sic).“Qué fortuna haber vivido al mismo tiempo que tú. Qué gran inspiración le dejas a tu país y al mundo. A todos los países en que estuviste.“De amor profundo y genuino por quienes somos. De confiar en el talento, de confiar en la gente. De apoyarlos en sus sueños”.Al final,en el sonido local resonó “A Sky Full of Stars” de Coldplay, melodía que enmarcó el final del homenaje, cuando dos imágenes del empresario se erigian sobre una de las tribunas del estadio, al tiempo de que las estrellas de los fuegos artificiales adornaron el cielo sobre el escenario.