La historia quiso que Jerónimo fuera un torero de corte clásico y distinto a los demás, en un momento en el que la fiesta ha perdido el interés de antaño. Cuestiones políticas le han impedido decir adiós de su Plaza México en su temporada de despedida. Sin embargo, el empaque que posee no se ha perdido con el paso de años e incluso su ilusión se plasma en su trato. “Es mi primera corrida este año. Pero lo importante de un torero es estar en la cabeza y sobre todo en el corazón”. Afirma el diestro capitalino. Para él, el de este viernes no es solo su primer festejo de la temporada, también es el último paseíllo que hará en la Plaza de Toros “Nuevo Progreso”. Pero el espada no huye de las responsabilidades y asume el compromiso como si estuviera en la cara del toro, “a mí me gustan más estas plazas donde la gente va a ver más al toro, donde aprecian las condiciones del toro, porque surge el toreo bueno”. Sumado al compromiso, la divisa elegida de la primera corrida es la mítica “San Mateo”, ganadería con más de 20 años de ausencia en Guadalajara y que en su momento fue la piedra angular de la fiesta brava en México. La empresa de la Plaza “Nuevo Progreso” arrancará la temporada grande este viernes con la corrida de las luces, festejo en honor a la Virgen de Zapopan y que también dará una vuelta al ruedo antes de comenzar el festejo, en el que partirán plaza los matadores Jerónimo, José Mauricio y Juan Pablo Sánchez.