Que un chico de 18 años esté a bordo de uno de los autos más potentes y con más historia de la parrilla de la Fórmula Uno y logre terminar la carrera, ya es una gran noticia.Pero cuando el piloto en cuestión sube al monoplaza para enfrentar una clasificación y en menos de 24 horas corre un Gran Premio, en una pista complicada y logra terminar en séptimo lugar, remontando cuatro puestos, entonces es momento de poner atención.Ese es el caso de Ollie Bearman, el piloto de reserva de Ferrari que tuvo que ocupar el puesto del español, Carlos Sainz, luego de que sufriera un caso de apendicitis.El británico arrancó en el decimoprimer puesto de la parrilla y logró remontar posiciones para terminar en séptimo y asegurar seis puntos en el campeonato de pilotos colocándose en el décimo sitio de la competencia. Eso quiere decir que, en solo una carrera, logró más puntos de los que han logrado en dos la mitad de los pilotos.Este resultado, además, marca el mejor que ha logrado un piloto en su debut desde el 2015.“Hice lo mejor que pude, creo que no volveré a competir en la Fórmula Uno en lo que resta del campeonato así que esa era mi meta, tener una gran exhibición este fin de semana y creo que hice un trabajo decente”.El británico compite actualmente en la F2 y está en espera de una oportunidad que le permita llegar, de forma permanente a la máxima categoría del automovilismo aunque, después de esa actuación, es probable que se vuelva a escuchar de él pronto.