Durante los últimos días su celular no ha dejado de sonar, y al atenderlo se ha vuelto común encontrarse con mensajes de felicitación previos a la gran final del futbol mexicano entre Atlas y León.No es que Felipe Arregui sea futbolista o directivo de alguno de estos equipos, sino que es ni más ni menos que el ingeniero que dirigió la construcción del estadio de los Panzas Verdes y la ampliación del coloso de la calzada Independencia.Sentado en la sala de su casa, rodeado de recortes, periódicos de antaño, recuerdos y fotografías a blanco y negro, el señor Felipe Arregui recuerda cómo fue que su padre (de quien heredó el nombre) fue pieza clave para que arrancara la construcción del estadio Jalisco, un recinto que significó un parteaguas en la construcción de los inmuebles deportivos del país, ya que asegura que fue el primero en México que ponderó la comodidad de los usuarios y su visibilidad hacia la cancha.“Cuando se hizo el estadio Jalisco en su planta baja no había otro igual en México, incluso Pedro Ramírez Vázquez se informó aquí para hacer el estadio Azteca cuatro años después. En aquel entonces todos los campos de futbol tenían graderías de madera, algunos sin techo, y acá además de graderías de concreto ya se contaba con luminarias, plateas, palcos, vestidores y comodidades que dieran confort”.“Sobre todo la visibilidad revolucionó todo, la esópica está bien calculada para que todos los espectadores tengan la mejor experiencia posible. Todo estuvo muy bien calculado, por eso el estadio Jalisco tiene una visibilidad perfecta”, explicó.Gracias al gran reconocimiento y reputación que ganó su padre con la construcción del estadio Jalisco, Felipe Arregui hijo fue recomendado por Guillermo Cañedo, histórico expresidente del América, para construir el estadio de León, mismo que fue inaugurado en 1970 y que ahora albergó el juego de ida de la final del Apertura 2021.“El club León jugaba en la Martinica, que era un campito, entonces Cañedo fue con los de León y les dijo ‘yo conozco a Felipe Arregui, él nos financia y les hace el estadio’, entonces así es como llegamos a ese proyecto de este estadio que se inauguró en 1967”.Justo cuando Felipe Arregui hijo se encontraba trabajando en la construcción del estadio de León, surgió la oportunidad de que también encabezara el proyecto para ampliar el estadio Jalisco, inmueble que no habría existido como lo conocemos sin su labor y la de su padre.El teléfono de Arregui ayer no deja de sonar, y aunque es un confeso aficionado al Guadalajara, sus conocidos lo felicitan debido a la final del Atlas, pues los estadios que ayudó a construir ahora son el epicentro del futbol mexicano.