La gente había hecho su labor, se logró una buena entrada en el estadio Jalisco para ver a sus rojinegros, música, emoción, colorido, todo era una fiesta, hasta que el "grito homofóbico" hizo de las suyas.En el segundo tiempo, el árbitro central, Adonaí Escobedo, paró por unos momentos el encuentro, y el sonido local pidió a los aficionados tranquilidad en los despejes de Nicolás Vikonis.Una vez no fue suficiente, y Escobedo suspendió en un par de ocasiones el encuentro, mandando a los elementos de ambos conjuntos fuera del campo por unos momentos.No fue la primera vez que la afición rojinegra se ve inmiscuida en esta polémica, pues en el duelo de Atlas vs Necaxa del semestre pasado también fue necesario detener el encuentro.Cerca de que el cotejo terminara el grito volvió a aparecer, en esta ocasión el silbante no detuvo el partido, pero sí señaló que habrá consecuencias para el Atlas, en donde se incluye una amenaza de veto para el estadio Jalisco para su próximo partido como local.El polémico grito y abucheos tanto para Osvaldo Martínez como para sus futbolistas tras la derrota fueron los principales protagonistas en el Jalisco.