Novak Djokovic está dispuesto a pagar el precio por mantener sus principios: en su primera entrevista desde el fiasco del Abierto de Australia, el serbio confirmó ayer a la BBC que rechaza vacunarse contra el COVID-19 aunque deba abandonar la carrera de títulos de Grand Slam.“Los principios que llevan a la toma de decisión sobre mi cuerpo son más importantes que un título sea cual sea. Trato de estar de acuerdo con mi cuerpo todo lo que puedo”, declaró.Su negativa a inyectarse una vacuna contra el COVID le hizo perderse en enero el Abierto de Australia, de donde fue expulsado, dejando la puerta abierta a la victoria de Rafa Nadal.Y esa posición férrea le haría, según la actual política sanitaria francesa, perderse Roland Garros (a disputar del 22 de mayo al 5 de junio). En París, en efecto, el “pasaporte sanitario se aplica a todo el mundo, desde los voluntarios hasta los deportistas de alto nivel, incluidos los procedentes del extranjero y hasta nueva orden”, indicó en enero el ministerio de Deportes galo.El N.1 del mundo explicó que su postura no era la de un “antivacunas”, sino la de un deportista que tiene en cuenta todos los factores para asegurarse la mejor condición física posible, incluyendo en materia “de bienestar, salud y nutricional”.De hecho, asegura estar “abierto” a la vacunación contra el COVID-19 en el futuro si ello se convirtiese en necesario para vencer al virus. Pero no para batir récords de tenis.“Comprendo que hubiese muchas críticas y comprendo que haya personas que estimen que tuve la suerte de tener el COVID, o que me vino bien tener el COVID en diciembre. Pero tener el COVID no es una suerte para nadie, eso no cae bien a nadie”, expresó.MQ