Prácticamente toda la actividad deportiva sigue suspendida por la pandemia de coronavirus. Así, deportistas y entrenadores siguen buscando formas de pasar ese tiempo libre que les llegó de manera totalmente inesperada.Han trascendido las actividades de muchas de estas figuras deportivas. Hay quien se ha concentrado en mirar una serie de televisión. Otros han preferido los videojuegos. Algunos más se han dedicado a jugar con sus hijos. Y hay quien se ha mostrado más creativo.La nadadora olímpica Hali Flickinger abraza la jardinería y la remodelación de su casa. El entrenador de los Lions de Detroit, Matt Patricia, está tocando el ukulele. Jake Mathews, integrante de la línea de los Falcons de Atlanta, espera volverse tan talentoso en las parrilladas como lo ha sido en la labor de proteger al mariscal de campo Matt Ryan.“Cuando estoy dedicada a nadar de tiempo completo, no salgo a sembrar una planta”, dijo entre risas Flickinger, quien compitió en los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro. “Esta es una gran oportunidad de hacer las cosas que normalmente no podríamos hacer”.Flickinger, de 25 años y originaria del Estado de Pensilvania, vive y entrena actualmente en Arizona.En medio del calor abrasador, se hundió en un sofá durante un par de días, luego que el país entero entró en confinamiento para contener el virus, que ha cobrado ya más de 82 mil vidas en Estados Unidos y más de 291 mil en el mundo. Luego, se dio cuenta que debía seguir haciendo su vida, como se pudiera. Así que Flickinger y su marido comenzaron a realizar algunas actividades al aire libre.“Estoy aprendiendo jardinería”, dijo Flickinger con un orgullo evidente, durante una entrevista telefónica. “Estoy sembrando plantas. Nunca había plantado algo en mi vida, pero ahora lo hemos hecho”.Desde luego, se han presentado algunos obstáculos en el camino: “Comenzamos a trabajar con estas cosas que creo que se llaman adelfas”, dijo Flickinger, “pero averiguamos que son bastante venenosas. Así que las quitamos y plantamos un montón de palmeras. Son chiquitas, pero ojalá que crezcan”.Flickinger y su marido pusieron después su atención en el interior de la casa. “Remodelamos un baño”, continuó. “Acá, en Arizona, se tienen estos muros texturizados. Yo nunca antes los había visto, pero son superpopulares acá. Bueno, yo quería que mis muros fueran planos, así que aprendimos a nivelar las paredes. Tomamos también el viejo espejo y el antiguo gabinete de los medicamentos para colocar uno nuevo. Pintamos de nuevo todo”. ¿Cómo adquirió de pronto esta joven pareja todo este conocimiento útil sobre las mejoras en casa? “YouTube ha sido muy útil para nosotros”, respondió Flickinger.Por su parte, Patricia, quien está por comenzar su tercera temporada como entrenador de los Lions, suele apegarse a las lecciones aprendidas como colaborador de Bill Belichick con los Patriots de Nueva Inglaterra, donde se cree que la regla de oro es: “Labios sellados 101: Asegúrese de jamás divulgar algo mínimamente interesante a la prensa”.Por eso resultó sorpresivo que Patricia revelara, durante una sesión reciente de video con reporteros del área de Detroit, que ha incursionado en el ukulele, ese pequeño instrumento hawaiano de cuatro cuerdas.“No puedo decir que no haya cosas con las que siempre he querido intentar algo”, dijo Patricia, quien de pronto tomó el instrumento. “Aquí, no sé si lo pueden ver, pero hay un ukulele”.Desde luego, no pasó mucho tiempo para que el entrenamiento recibido de Belichick se apoderara nuevamente de Patricia cuando se le preguntó si podía tocar algo, se negó. “Yo podría decir que son canciones, pero ustedes pensarían que son ruidos”, bromeó.De la cancha a la cocinaMathews, quien ha pasado las últimas seis temporadas como el protector principal de Ryan en la posición de tackle izquierdo, permanece confinado en su casa de Texas, donde suele pasar el receso entre campañas.Aunque los Falcons han realizado reuniones virtuales prácticamente a diario y han instado a que sus jugadores se mantengan en forma mediante un plan regular de entrenamiento, Mathews ha encontrado tiempo para desempolvar un viejo obsequio de su quarterback. “Después de la temporada de 2017, Matt Ryan dio a todos los integrantes de la línea un gran asador verde”, recordó Mathews. “Lo armé y tenía muchas ambiciones de convertirme en un experto en ahumar alimentos, pero no lo he tocado desde entonces”. Es algo raro, en un tipo que registra en la báscula más de 300 libras (136 kilogramos). Ahora, al menos le está dando buen uso al regalo: “¡Hombre!, he hecho algo de salmón y algunos filetes”, dijo un Mathews orgulloso. “Y pronto podría aventurarme también con algo de pollo”.Otro jugador de los Falcons, el integrante de la línea defensiva Grady Jarrett, ha perfeccionado también sus talentos en la cocina. ¿Y quién sabe? Después de su carrera haya concluido, bien podría tener un programa en el canal culinario de TV Food Network.“Una de las cosas favoritas que he comenzado a cocinar es el bagre marino”, contó Jarrett. “Nunca había cocinado eso antes, pero una vez que aprendí a hacerlo de la manera correcta fue maravilloso”.JL