Pablo, Diego y Ricardo están de regreso con un sinfín de emociones y experiencias vividas en el cañón de Candameña, en Chihuahua. Con ayuda de porteadores, una mula, suficiente agua y productos saludables como barritas y proteína de Engrillo, poco a poco los escaladores fueron trepando esta complicada ruta de “gigante”, que desde el día uno fue un reto, como lo mencionó el escalador Diego Casas.“Todos íbamos enfocados en lo que iba a pasar, la jugada nos cambió completamente porque llegamos a la ruta y desde que empezamos a escalar nos dimos cuenta que la calidad de la roca no era buena”.Ricardo Ramos, el líder escalador de la expedición con amplio recorrido y ya con un antecedente ahí mismo en el “gigante”, expresó que desde el día uno la aventura fue crítica.“Hay escalada deportiva muy segura y sin riesgo y nosotros nos fuimos a meter en el máximo de nuestro esfuerzo físico y mental, pero de un modo no tan seguro, en el cual sí existen riesgos y pues pueden suceder algunos accidentes”.Muy agradecidos con sus patrocinadores y con toda la gente involucrada en su expedición, los jóvenes tapatíos llegaron y compartieron todas las fotografías tomadas por Pablo León Álvarez, quien es fotógrafo y durante este tipo de aventuras, dice, encuentra ángulos y fotos espectaculares.“Para mí fue una verdadera aventura, me considero un aventurero, pero sin duda esta experiencia ha sido la más dura, intensa y peligrosa que he vivido”.Estos tres jóvenes tapatíos seguirán practicando el deporte que les apasiona y esperan poder contagiar y motivar a mucha gente para que se sumen en sus aventuras.
