Al Estadio Jalisco le regresó el alma, la esencia y la pasión con los 40 mil 327 aficionados que se dieron cita para presenciar una edición más del Clásico Tapatío. Desde sus entrañas se vivió un ambiente que hace mucho no se sentía y la batalla no solo fue entre los 22 jugadores sobre la cancha, sino también en las gradas con ambas aficiones dejando la voz para apoyar a los suyos y motivarlos a conseguir la tan ansiada victoria. Pese a que la gente de Atlas respondió en la última jornada para despedir a sus jugadores de este Clausura 2024, el hecho de que Chivas se jugara más que un solo resultado en esta fecha, provocó que la afición rojiblanca fuera superior en el coloso de la Calzada Independencia.Ni el show de luces con drones que formaron el escudo de los rojinegros previo al partido y ni los cánticos de la Fiel que fueron incesantes, lograron encaminar a los Zorros a culminar el torneo con dignidad, acumulando su cuarto duelo consecutivo frente al Guadalajara sin poder ganar.En contraparte, la gente del Rebaño a sabiendas de que, no sólo derrotaron al odiado vecino, sino que, además, consiguieron clasificarse de manera directa a los cuartos de final y al torneo de Concacaf, vivieron una auténtica fiesta llena de algarabía y satisfacción. Los rojiblancos se dieron el lujo de emitir el “olé, olé” cada que sus futbolistas le paseaban el esférico a los rojinegros y, a su vez, cantaron el Cielito Lindo como signo de la estocada final. Con todo y el dolor que significó la anotación de Roberto Alvarado, la afición local se mantuvo alentando a su escuadra que poco y nada pudo ofrecer para tratar de revertir el resultado. Sin embargo, y como era de esperarse, las caras largas no se pudieron esconder.Al final, dentro del estadio no se reportaron conatos de bronca de gravedad. No obstante, sí fue necesario retirar a algunas personas por alterar el orden.