El carro de Alejandro Flores Esparza demuestra su amor por las Chivas. Es un Tsuru 99, hecho convertible, con asientos de piel rojiblancos, el escudo de Chivas pintado en el cofre y un claxon al sonido de "Guadalajara, Guadalajara"."Yo le digo a mi familia que el día que yo me muera no quiero que me lleven en carroza al panteón, quiero que me lleven en mi carro de las Chivas", expresó.Alejandro tiene 16 años con el auto firmado por los jugadores. Lo lleva a su trabajo, a sus mandados y cada 15 días al estadio donde juegue el equipo de sus amores."Quería tener algo alusivo a mi equipo y lo plasmé en un carro. Este es el segundo cofre que le cambió y voy por el tercero, tengo las firmas de todos los jugadores y me faltan los nuevos", compartió.Al Estadio acude con sus compadres y su hijo, son quienes lo acompañan en todas las experiencias, sobre todo cuando ha ganado el equipo y acuden a La Minerva en el auto: "Todos se quieren tomar fotos con él".Y no miente. En cinco minutos en el lugar, al menos cinco personas se acercaron para tomarse fotos en el auto. Afirmó que incluso de otros equipos se han tomado fotos.