Más allá del lleno y los precios de las entradas al doble o hasta el triple que significan una vista de Chivas, ayer el estadio Alfonso Lastras volvió a caer en las redes del Guadalajara, equipo que como lo hacía en las décadas pasadas, augura boletos agotados.El Rebaño vistió y pintó al estadio del Atlético San Luis, ya que en las faldas del inmueble se podían apreciar más camisas del Guadalajara que de los potosinos. Y no sólo de las que visten los presentes, sino en los tradicionales puestos ambulantes previos a un juego de futbol.Sudaderas, chamarras, shorts, camisas polo y playeras de juego colgaban de los ganchos de los changarros, que tenían en 80% indumentaria del Guadalajara y el resto de souvenirs del San Luis, aunque divididas en las históricas y las recientes.La división en tierras potosinas es latente, la afición agradece al Atlético de Madrid que les trajera la franquicia, pero no acepta sus colores, que en este duelo son similares, por no decir que idénticos, al del rival tapatío.Mientras los jóvenes caminan ataviados en la indumentaria rojiblanca, algunos adultos mayores y, sobre todo animadores, lucen los colores azul y oro que marcaron la historia de los equipos de San Luis, ya sean los Gladiadores, Tuneros, Reales u otros.En la tribuna, Chivas pintó como en casa y para muestra el gol, que como ya es costumbre volcó las graderías bajo el grito ¡Chivas, Chivas! Como en casi todas las casas que visita.
