Harry Maguire y André Onana, dos de los jugadores más criticados en el Manchester United, salvaron a los Diablos Rojos en Europa ante el Copenhague, el primero con el cabezazo del 1-0 y el guardameta parando un penalti en el último suspiro del partido en la más reciente jornada de Fase de Grupos de la Champions League.Porque los Diablos Rojos rozaron el bochorno una vez más en Europa y necesitaron de la cabeza de Maguire en el minuto 70 para hacer el 1-0 y de una parada salvadora de Onana en el 97’, después de un infantil penalti de Scott McTominay, para seguir vivos y con posibilidades de clasificarse a los Octavos de Final.Ni en el partido, en teoría, más sencillo del United en la Fase de Grupos sus aficionados se ahorraron el sufrimiento. La primera parte fue terrorífica, digna de estudio para Erik ten Hag, ya que su equipo fue inferior al Copenhague y jugó como si tuviera ya el billete a la siguiente ronda. En los primeros 45 minutos, el United se paseó en la cancha como si el partido no tuviera importancia.El United necesitó que Christian Eriksen, tras un córner, conectara con Maguire. El ex capitán se elevó por encima de su marcador y conectó el cabezazo del único gol del partido. Lo celebró con rabia e hizo un corazón con las manos. Pocos futbolistas lo han pasado peor en los últimos meses que el central, especialmente desde aquella horrorosa burla que le dedicaron en Escocia, y pocos parecían tan poco predestinados para ser el héroe.El otro seguramente fuese Onana, criticado toda la temporada por sus errores y ansioso por una noche así. Con el tiempo cumplido, en un córner a favor de los daneses en el que subió hasta el portero, McTominay, intentando despejar la pelota, se llevó por delante a un jugador del Copenhague y el árbitro pitó penalti inmediatamente; el arquero africano se estiró cuan largo es y salvó el honor de los ingleses. CT