La Champions League es sin lugar a dudas la mejor competición del mundo a nivel de clubes. Semana a semana ofrece grandes partidos, grandes goles e incluso grandes errores. Y en el partido que disputaron el Atlético de Madrid y el Bayer Leverkusen no fue la excepción. Con el reloj más allá del tiempo de compensación, el marcador reflejaba un 2-2 entre el Atlético de Madrid y el Bayer Leverkusen. Con este resultado, los dirigidos por Diego Simeone quedarían eliminados. Fue en la última jugada, tras un tiro de esquina, donde el árbitro dio el silbatazo. Los jugadores pensaron que era el final del encuentro, sin embargo, rápidamente el sibante recibió instrucciones desde el VAR y tras acudir a revisar una jugada, decretó un penal en favor de los rojiblancos. El Metropolitano estalló en júbilo y Yannick Carrasco tomó el balón junto a todas las esperanzas de los Colchoneros. Si metía el penal, llegarían al duelo ante el Porto con vida y se jugarían el boleto a los Octavos de Final. Fallarlo costaría la eliminación. Como si de una película se tratara, ocurrió lo impensable en la cancha del Estadio Metropolitano, pues el penal de Carrasco fue atajado por Lukáš Hrádecký y en el rechace Saúl remató de cabeza, pero el esférico se estrelló en el travesaño. Todavía Reinildo alcanzó a rematar y cuando por fin el balón se iría al fondo de las redes, el tiro del zaguero del Atlético de Madrid se estrelló en el propio Carrasco y se marchó apenas por encima de la portería del Leverkusen. Una jugada difícil de explicar, una triple falla de auténtica locura que deja eliminado al Atlético de Madrid de la Champions y además ante el Porto deberán ganar si es que quieren meterse cuando menos a Europa League. JL
