Cuando naces en el estado de Minnesota hay ciertas cosas que la gente espera de ti, pero ninguna es más importante que declararle tu amor a los Vikings. Ese no fue el caso de Beau Allen, el defensivo de Eagles quien, a pesar de haber nacido en este estado, siempre se declaró aficionado de sus enemigos jurados: los PackersSu mamá nació en Wisconsin y bueno, el resto es historia. A pesar de los mejores esfuerzos de su padre, un aficionado recalcitrante de los Vikings, Allen siempre eligió a los cabezas de queso, de hecho, decidió hacer sus estudios universitarios ahí y no en su ciudad natal para después pasar a la NFL; eso fue lo único que logró poner fin a años de rivalidad familiar entre sus padres, hermanos y él mismo cuando, en el 2014, Filadelfia lo eligió a él para unirse a sus filasLEE TAMBIÉN:Levantan sus alas para acompañar a su equipoTres años después, parecería que el destino de Beau es "insultar" a su lugar de nacimiento, pues fue su equipo quien terminó con toda esperanza de la afición local de ver a los Vikings en el Super Bowl. Sin embargo, desde que llegó a Minneapolis lo único que ha recibido son sonrisas. La gente lo aprecia, tal vez tiene que ver con que es un jugador de banca y poco tuvo que ver con el marcador escandaloso de la final de conferencia o simplemente, porque así es la gente en Minnesota.Durante el "Opening Night", Allen aseguró entre risas que es un tipo "amable y adorable que está más que feliz de estar de regreso en su ciudad natal y respirar este aire frío y limpio". Claro que, el jugar en el lugar donde vive su familia abrió otro "pequeño" problema para el jugador y es que tuvo que convertirse en una sucursal alterna de Ticketmaster para poder cumplir con las peticiones, "no diré cuántos pidieron pero, vaya, gasté algunos dólares, pongámoslo así. Dejaré que ellos peleen por su lugar".Además, de eso, también es el guía de turistas oficial de sus compañeros pues nadie mejor que un verdadero "Minne" para hacerlo.Lo que está claro que es Allen está listo para demostrar este domingo que sus decisiones de vida, su equipo, su apoyo, su afición, lo llevaron hasta este momento, el de mayor gloria para cualquier jugador que ame este deporte, ése en el que bese el trofeo Vince Lombardi y gane su primer anillo de Super Bowl. RR