El amor por los colores y la pasión por el Atlas traspasan fronteras. Izabella Muñoz festejó sus XV años en la ciudad de Los Ángeles, California, apenas el sábado por la noche y este domingo ya estaba en Guadalajara para apoyar a sus Zorros en la final, con la esperanza de verlos campeones.Y aunque no tenía idea de la sorpresa que su familia le tenía al regalarle el boleto de avión, pero sobre todo el boleto de entrada al Estadio Jalisco, cargó hasta con el vestido, por cierto rojo y negro, hasta la Perla Tapatía.En la ciudad angelina, en compañía de familiares y amigos, la fiesta fue rojinegra, los afiches alusivos al Atlas y su vestuario no se quedó atrás; lo mismo ahora que ingresa al Coloso de la Calzada Independencia, nunca dejó en la maleta los colores por los cuales siente tanta pasión y orgullo.Una vez que se supo que Atlas estaría en la Final, sin importar el rival, su padre, Juan Carlos Muñoz movió cielo, mar y tierra para conseguir boletos y al final tuvo éxito. Al juego de Vuelta ante León, asistieron en compañía de la familia, con el ánimo por las nubes y la esperanza de ver a su equipo levantar el trofeo.Su idea, además de festejar, es regresar a Los Ángeles muy temprano, de madrugada, para que Izabella pierda lo menos de sus clases, resultando un festejo de sus XV años por demás inolvidable, una experiencia que le quedará en su corazón por el resto de su vida.El futbol es parte de su vida diaria, a su corta edad ya ha sido vista por varios clubes de la MLS versión femenil, incluso ya pertenece a LAFC y ha tenido oportunidad de entrenar con las Xolas de Tijuana. Su padre la apoya en todo momento, no deja de asistir a un solo entrenamiento, mucho menos a un partido.Izabella es delantera, muestra una gran técnica de balón, su golpeo con la pierna izquierda lo envidiarían en cualquier equipo de la Liga MX Femenil (y varonil) y espera pronto poder cumplir su sueño de ser futbolista profesional.