Si bien la transformación en Atlas la planeó la directiva y Grupo Orlegi, hay un autor material para que pudiera llevarse a cabo: Diego Martín Cocca. Esto gracias a su profesionalismo, conocimientos, capacidad para trabajar, su trato con los jóvenes y el manejo del grupo. Hoy, el argentino está de fiesta.Era el 11 de febrero de 1972 cuando en Buenos Aires, Argentina, nació un pequeño que a la postre se convertiría en histórico lejos de su patria. Para fortuna de los Zorros, fue en México, con el Atlas y no sólo como futbolista a finales de los 90, sino como director técnico. El estratega que los haría campeones luego de 70 años de sequía.Diego Martín Cocca, sentado en la comodidad de su sala, tranquilo, con una botella de agua y una amena charla, en la víspera de cumplir 50 años, confesó que solía festejar sus cumpleaños con sus amigos, siempre con un balón, luego, en concentraciones y viajes, siempre ligado al futbol.“En febrero, casi siempre en Argentina es verano y son vacaciones, muy distinto a lo que pasa acá. Me acuerdo que desde chicos invité a mis amigos al parque a jugar a la pelota y de grande, mi cumpleaños 18 y 19 en una concentración y eso me hace feliz, porque a partir de ahí hago lo que me gusta”.En pleno 2022, siendo entrenador, padre, hijo y esposo, Diego Cocca se dispone a festejar en familia y es que curiosamente, su mujer cumple años el 13 de febrero, dos días después.“Si alguien me hubiera dicho que iba a cumplir 50 años, dirigiendo al Atlas, saliendo campeón, ni yo me lo creía, entonces la verdad es que en lo profesional estoy feliz, en lo familiar también, estoy con mi mujer, mi hija, vino mi madre por unos días, vinieron unos amigos de Argentina y tengo la particularidad que mi mujer cumple el 13 de febrero, entonces arreglamos el 12 ó el 13 y festejamos el doble, entonces haremos una fiesta juntos, estoy feliz porque estoy con ella y por el momento que me toca en mi vida”.Todo es diferenteUn título lo cambia todo. Desde el estado anímico, económico, más fama, más reflectores, más entrevistas, autógrafos, fotografías, saludos. Es por eso que Diego trabaja no sólo en la cancha, sino fuera de ella para hacer que sus jugadores mantengan la humildad, la sencillez y el hambre.“Después de ser campeones somos todos diferentes, esa actitud que tenga que ser enfocada para tener la misma humildad de siempre y darle la capacidad y talento al equipo, somos un equipo y así logramos esto, los veo muy bien, pero ahora son campeones”.Los dramáticos tiros penalesMás drama, imposible. Pero Diego Cocca confió siempre en sus muchachos. Abrazado de Jeremy Márquez, presenció los penales del título, aunque no puede explicar el sentimiento que tuvo al momento de que la pelota que impactó Julio Furch entró en el marco de Rodolfo Cota.“No se me va a olvidar jamás, y seguramente a Jeremy tampoco. Estaba abrazado con Jeremy y él me dijo, ‘si mete Julio ganamos, es el último’, y yo le dije ‘qué bueno’, lo metió y ganamos. Lo que sentía era inexplicable, pero también podíamos haberlo ganado en los 90 porque tuvimos dos opciones, lo pudimos ganar en el alargue porque ellos se quedaron con uno menos.“Es una emoción, vi que Julio pateó y ves que entró, pero ves que la gente grita y empezamos todos a correr y dijimos, bueno entró, somos campeones, vamos a festejar”, recordó el hombre de la transformación atlista.