Apoteósico, abrumador, caótico, glorioso. Los términos sobran para definir la jornada que vivió Argentina y en particular Buenos Aires, ciudad que ayer vio el regreso de sus campeones, tras conquistar la Copa del Mundo recién concluida en Qatar.Al menos cuatro millones de personas se volcaron a las calles, avenidas y rutas de acceso a la capital para celebrar el triunfo en la Copa del Mundo. El plan era ofrecer una recepción y desfile al conjunto campeón, pero la idea cambió y al final los seleccionados tuvieron que dar la vuelta triunfal a la capital en helicóptero, debido a la marea de fanáticos que se apoderó de la vía pública. Aunque más que una marea, podría decirse que lo visto ayer fue un tsunami de seguidores de la albiceleste. La caravana terrestre con los campeones del Mundial de Qatar se convirtió en aérea en medio de una confusa organización por la falta de información sobre cuál era su trayecto exacto. Tras salir al mediodía del predio de la Asociación del Futbol Argentino (AFA), en las afueras de Buenos Aires, ayer el autobús descapotable con el plantel recorrió varios kilómetros por una autopista mientras decenas de miles de personas que portaban grandes banderas de Argentina vitoreaban a sus héroes deportivos desde los márgenes de la ruta y edificios cercanos. Más de cuatro horas después y a medida que más y más fanáticos se sumaban a la celebración copando los alrededores de Buenos Aires y varios barrios capitalinos, los jugadores fueron trasladados a un predio donde abordaron varios helicópteros. Después de sobrevolar puntos clave de Buenos Aires donde se habían congregado aficionados, los helicópteros que los trasladaban regresaron a la sede de la AFA, informó la Policía Federal. Con anterioridad, la portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, manifestó en Twitter que los campeones estaban “sobrevolando todo el recorrido...porque se hizo imposible seguir por tierra ante la explosión de alegría popular”. Los planes iniciales de llegar a la zona del monumento del Obelisco, en el centro de Buenos Aires, se truncaron, reprochó a su vez en Twitter el titular de la Asociación del Futbol Argentino, Claudio “Chiqui” Tapia, quien se trasladaba junto al plantel triunfador en el Mundial de Qatar. “No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores Campeones. Una pena”, dijo Tapia. Un paseo efímeroDurante su breve traslado por tierra, el capitán Lionel Messi y el resto del plantel saludaron a la gente mientras portaban la copa que simboliza el tercer título mundial de Argentina y su primero desde 1986. El autobús descapotable era escoltado por varios vehículos de la policía y agentes motorizados. Bajo un sol ardiente, los sonrientes jugadores llevaban colgada del cuello las medallas de campeones y, admirados por el fervor que despertaban, hacían fotos con sus móviles de la multitud que invadía la calzada de la autopista para tener acercarse lo más posible al vehículo. Una marea compacta de gente invadió la ruta, mientras la policía intentaba evitar que se produjeran desmanes, que al final de todas maneras, ocurrieron.El Mundial y el éxito del combinado llevaron alegrías muy necesitadas y ha liberado tensiones en un país que lleva años marcado por los problemas económicos, con una de las tasas de inflación más altas del mundo y donde casi cuatro de cada 10 personas viven en la pobreza. El presidente Alberto Fernández dispuso que el martes fuera feriado nacional para que el país pueda celebrar la victoria. Eso sí, se negó a aparecer en las celebraciones. Al final, fue triunfo para la gente.La pasión desbordada suele encontrarse en la frontera de lo incontrolable. Y ayer Buenos Aires vivió ambos escenarios. Un joven que se encontraba celebrando en el tercer piso de un estacionamiento cayó desde esa altura. El golpe en el cráneo lo mantuvo desde el lunes en estado crítico y fue ayer que las autoridades de esa nación sudamericana confirmaron su fallecimiento.El otra víctima fatal del festejo ocurrió en Bahía Blanca, ciudad de la provincia de Buenos Aires. De acuerdo a la policía se trató de un joven de 22 años que viajaba a toda velocidad en su motocicleta con una bandera de Argentina amarrada a su cuello a modo de capa. En un momento dado, la bandera se atascó con la llanta trasera de la moto y lo ahorcó, provocando que cayera aparatosamente de la motcicleta.Otra víctima fue también un joven que se trepó en un asta bandera, misma que se dobló y lo hizo caer al piso. La fuerza de la caída le costó la vida. El hecho ocurrió en La Matanza, provincia de Buenos Aires.LO QUE SE VIO