El autor Alejandro Basáñez ha dedicado gran parte de su escritura a la novela histórica, y particularmente al pasado de México. Este año no es la excepción con el estreno del libro “Juárez ante la Iglesia y el imperio” (bajo editorial Lectorum).En entrevista, el escritor detalla que la curiosidad por indagar en Benito Juárez surge por la propia popularidad del personaje histórico: “Tuve la inquietud hace años de estudiar a Juárez para indagar por qué es un héroe nacional. En la escuela siempre te enseñan y te pintan un Juárez heroico, y también, por otro lado, está quienes hablan contra él, por lo que decidí echarme un clavado en los libros con la finalidad de reconocer su heroísmo”.El libro se enfoca principalmente entre las dos guerras en las que participó Juárez: “Son dos importantísimas que definieron la historia de México: la Guerra de Reforma, que duró tres años, en la que a la Iglesia le quitan su poder con leyes, pierde terrenos, conventos, bienes, hospitales, registro civil… Tres años después viene la invasión francesa, Maximiliano y Carlota llegan para hacer un imperio”.En ambas guerras, triunfa Juárez “de una manera heroica, porque él en ningún momento se aleja de la Constitución, todo el tiempo se apega a ella. A pesar de que peligra su vida, intentan matarlo en la Guerra de Reforma en Guadalajara, se la pasa huyendo en su carruaje en la intervención, siempre llevaba su gobierno desde ahí, él sabía que si caía en manos extranjeras, lo mataban. Es increíble cómo Juárez se sobrepuso a eso apegado a la Constitución”. Así, el libro aborda estas etapas, en las que se muestra “al Juárez heroico”. Personaje pulcroDurante la investigación, Basáñez encontró múltiples anécdotas que lo sorprendieron, comparte algunas: “Él se fue a trabajar a los Estados Unidos, porque cuando desconoció el gobierno de Santa Anna, tuvo que huir con Melchor Ocampo; se escondieron Nueva Orleans, donde trabajó como mesero y en una fábrica de puros, enrollándolos; trabajando todo el día para ganar dinero y mandarlo a su familia a México”.Otra es sobre “cómo en Guadalajara lo iban a fusilar, pero Guillermo Prieto se mete antes de las balas, para que no puedan matar al legítimo Presidente de México. De ahí se va al Pacífico, toma un barco a Panamá y cruza en tren al lado del Atlántico, embarca de nuevo a Nuevo Orleans y luego a Veracruz”.Por otro lado, el autor también aborda las contrapartes de los detractores del personaje histórico, quienes lo acusan de vender parte del territorio mexicano a EU a través del Tratado de McLane-Ocampo: “Fue Melchor Ocampo el negociador, pero la inteligencia de Juárez quedó demostrada, pues no existe ningún documento firmado por él en el que se haya autorizado esto, sólo les dio sopita, atole con el dedo para que reconocieran su gobierno y obtener un préstamo financiero para continuar con la lucha contra los conservadores”.Sin embargo, asegura que “no hay contratos firmados por él. No vendió nada, no hay documentos, siempre les dio largas a los gringos. No puedes juzgar a ningún presidente por los hubiera o chismes, sino por papeles firmados, hechos y contratos. No le encuentras una mancha a Benito Juárez”.Igualmente, respecto a los comentarios e ideas que lo tachan de “ingrato” por las leyes promulgadas para expropiar terrenos y poder a la Iglesia, puesto que “cuando él era un campesino en Oaxaca, la Iglesia lo rescató: un padre le dio de comer, le enseñó español, lo hizo estudioso y lo convirtió en lo que fue. Entonces, muchos se preguntan cómo se atrevió a morder la mano que le dio de comer, o sea a la Iglesia”.A esto, afirma con convicción: “No es eso, simplemente señaló que la Iglesia no podía ser dueña de tanto, sino que debía concretarse a la religión, por lo que expropió las tierras, hectáreas y hectáreas, las puso en venta, la gente las compra y se hace de un patrimonio, y la actividad comienza a activarse y surge la clase media”. Basáñez ya prepara más libros históricos para compartir con sus lectores: “Para el año que entra saldrá uno sobre el imperio inca, cómo los Pizarro conquistaron un imperio que era de cuatro mil kilómetros de largo, cómo un puñado de hombres pudieron conquistar algo tan grande repitiendo la misma táctica que hicieron con Moctezuma en México años atrás. También estoy trabajando en otras cosas, otro sobre la Independencia, que espero terminarlo este año y lanzarlo también el próximo”.