Un total de 341 lugares de importancia cultural han sufrido desperfectos en los dos años de guerra en Ucrania, según un recuento desvelado por la Unesco, que calcula el valor de los daños físicos totales para el sector de la cultura y el turismo en tres mil 500 millones de dólares. El segundo año de conflicto ha sumado, por tanto, 102 sitios a la lista de bienes y lugares dañados que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura había podido verificar hasta febrero de 2023, cuando se cumplió el primer aniversario de la invasión rusa a gran escala (que comenzó el 24 de febrero de 2022). Se trata de sitios catalogados como significativos atendiendo a distintos criterios -por ejemplo, su valor histórico o religioso- cuya protección está garantizada por la Convención de La Haya de 1954, según explicó Krista Pikkat, directora de cultura y situaciones de emergencia de la Unesco, en una conferencia de prensa en París.Cabe señalar que la lista de daños incluye elementos de dos lugares ucranianos declarados Patrimonio Mundial, ambos catalogados por la Unesco como sitios en peligro desde 2023: el centro histórico de la ciudad portuaria de Odesa y el de la de Leópolis (oeste). “Ha sido sobre todo a partir del verano de 2023”, indicó en referencia a los ataques rusos a esas dos ciudades Chiara Dezzi Bardeschi, representante de la Unesco en Ucrania, al intervenir de manera telemática en la conferencia de prensa. Para Dezzi Bardeschi, lo preocupante de aquellos ataques contra el Patrimonio Mundial ucraniano fue sobre todo la intensidad y la repetición de los bombardeos, que dejaron daños en edificios como el Museo Arqueológico y el Museo Marítimo de Odesa.Pikkat precisó además que la lista de sitios impactados no está actualizada “en tiempo real”, como hacen algunas oenegés, sino que se trata de lugares para los que la Unesco ha podido verificar los daños a través de imágenes del Centro de Satélites de las Naciones Unidas y/o con comprobaciones sobre el terreno.En el campo cultural, el valor de los costos directos por daños físicos asciende a 3 mil 500 millones de dólares, de acuerdo a las estimaciones de la Unesco. Pero en general, el sector de la cultura y el turismo ucraniano ha dejado de ingresar, desde febrero de 2022, unos 19 mil 600 millones de dólares. Para recuperarse de esos golpes, precisará de inversiones por valor de nueve mil millones de dólares durante la próxima década. Desde el inicio del conflicto, la Unesco ha movilizado 66 millones de dólares donados por los Estados miembros, entre los cuales Japón ha sido el mayor aportador con 25 millones de dólares. Finalmente, reportaron que se han desarrollado iniciativas para evitar el tráfico ilícito de obras de arte y objetos históricos -no solo en Ucrania sino en los países vecinos- y de protección de la diversidad, en especial tras la catástrofe causada por la destrucción de la presa de Kajovka en junio pasado. AFP Ucrania necesitará nueve mil millones de dólares en la próxima década para reconstruir sus sitios culturales y el sector turístico tras la invasión rusa y la guerra, dijo la agencia cultural de Naciones Unidas. Según la UNESCO, el sector combinado de cultura y turismo del país ha perdido 19 mil millones de dólares en ingresos durante la guerra próxima a cumplir su segundo año. Los combates han dañado 341 sitios culturales en Kiev, la capital; Leópolis en el oeste, Odesa en el sur y otras ciudades. El costo total de la destrucción de esos sitios u miles de “bienes culturales” en todo el país suma casi tres mil 500 millones de dólares, según la agencia. “La catedral de Odesa es un ejemplo de un sitio gravemente dañado”, dijo Chiara Dezzi Bardeschi, directora de la oficina de UNESCO en Ucrania. “Es un símbolo de toda la comunidad... con un profundo significado espiritual e histórico”. En julio de 2023, la UNESCO condenó enérgicamente un “ataque descarado de las fuerzas rusas” a edificios históricos en el centro de Odesa, un área designada patrimonio de la humanidad en peligro. El ataque causó al menos dos muertes y dañó la Catedral de la Transfiguración, entre otros edificios. La catedral fundada en el siglo XVIII es la principal iglesia ortodoxa de Odesa. La estructura original fue destruida en 1936 durante la era soviética y reconstruida entre 1999 y 2003. UNESCO dijo que la destrucción intencional de edificios y artefactos religiosos, entre otros sitios del patrimonio cultural, puede considerarse un crimen de guerra. La Corte Penal Internacional presentó por primera vez acusaciones de crímenes de guerra por ataques intencionales a monumentos y edificios históricos religiosos en Mali en 2015. CT