Viernes, 22 de Noviembre 2024

Traza, un laboratorio para transformal el grafiti

El Gobierno de Tlajomulco de Zúñiga ha impulsado un proyecto para combatir las pintas ilegales y convertirlas en murales comunitarios

Por: Gerardo Esparza

Impacto. En lugares como Santa Fe, el grafiti ilegal disminuyó en 90 por ciento.

Impacto. En lugares como Santa Fe, el grafiti ilegal disminuyó en 90 por ciento.

Arte. La intervención que se realiza en diversos muros va ganando terreno y aceptación.

Arte. La intervención que se realiza en diversos muros va ganando terreno y aceptación.

Ruth López. Impulsora del programa Traza, en Tlajomulco de Zúñiga.

Ruth López. Impulsora del programa Traza, en Tlajomulco de Zúñiga.

La noche del lunes pasado, dos jóvenes saltaron las protecciones que resguardan a la Línea 3 del Tren Ligero y rayaron, con “bombas” de grafiti, dos vagones. La noticia corrió como pólvora y provocó que la Fiscalía de Jalisco movilizara a parte de su equipo para detenerlos y castigarlos.

El tema, sin embargo, no sorprendió a Ruth López, ex directora del Instituto de Alternativas para los Jóvenes de Tlajomulco de Zúñiga, quien impulsó el programa Traza, “una política pública que busca consolidar al municipio como un referente nacional e internacional en arte urbano”.

“Traza es una política de arte urbano que el Gobierno de Tlajomulco de Zúñiga implementa desde 2016. Esto nace como una necesidad porque el grafiti ilegal estaba a todo lo que daba. Tlajomulco está construido de una  forma amurallada, Chulavista, Santa Fe, son fraccionamientos cerrados, entonces, todo lo que queda por fuera es un bloque que se convierte en pizarrones para los jóvenes que les gusta el grafiti ilegal”, explica Ruth López en entrevista.

El proyecto ha llevado la pintura y la intervención a las colonias de Tlajomulco de la mano de los jóvenes que antes grafiteaban sin permiso y sin nociones más allá de las ganas de dejar una marca. “Nos dimos cuenta que no podíamos intervenir sin ellos y creamos un laboratorio de arte urbano, que está dentro de la política de Traza, y empezamos a juntar a los chavos de las colonias para que tuvieran una capacitación de uso del aerosol, del pincel, brocha y pintura vinílica y entonces intervenir estos espacios para que no fuera una cosa aislada”.

“El grafiti se divide en dos grandes bloques: El ilegal y legal. El ilegal es el que no tiene permiso de la autoridad y que puede decirse vandálico; y el legal que incluye el arte urbano. Este es un trabajo más pensado, con bocetaje, que tiene que ver con mandar un mensaje muy explícito. En este caso, entendido así, lo que pasó en la Línea 3 fue ilegal”.

Los resultados de Traza, según la ex directora, son evidentes. “Intervenimos, este año, 40 mil metros cuadrados sólo en Santa Fe, que todo estaba vandalizado. La mayoría de los que intervenimos sigue intacto, disminuyó 90% del grafiti ilegal en la comunidad. Hay algunos pedacitos, justo donde hay un fondo de color es donde han intervenido, no donde hay alguna pieza de un artista”.

Además, señala que el programa, que va por su segundo trienio en el municipio, suma ya más de “más de tres mil jóvenes que se han capacitado en Traza, no hay una sola comunidad de Tlajomulco a la que no se haya parado Traza a hacer una intervención o a dar talleres. Tenemos chavos que tenían  ‘bombas’ gigantes en los puentes más grandes de Tlajomulco y que los fuimos identificando para invitarlos a colaborar en algunas cosas y se quedaron como talleristas, ya no vandalizan y ahora enseñan a los chavos y suman a sus propios crews para hacer arte urbano”.

Una mancha para la sociedad

El problema del grafiti ilegal en la Zona Metropolitana de Guadalajara no es nuevo, mucho menos el que realizan jóvenes menores de edad. Basta recordar que en junio del año pasado las columnas del Teatro Degollado amanecieron “decoradas” con la palabra “darkness”. Por ello es que Ruth López plantea que parte de la solución no radica en castigar, sino en acompañar. “Es un tema delicado. Las juventudes de todo el país están siendo  vulneradas; el tema de acompañar a los jóvenes y ofrecerles alternativas debe ser la solución, construir diálogo en la comunidad y arreglar el tema. Luego viene este concepto de justicia de castigar o exponer y exhibir al culpable y yo creo que no va por ahí. Claro que limpiar, pero eso podría quedar sin llevarlo al nivel público. En el gremio grafitero (cuando pintaron los vagones de la Línea 3) hubo un festival y cuando los ponen a limpiar los expusieron a las burlas. Creo que tendría que tener otro tipo de soluciones”.

También menciona que en el caso de Traza, en Tlajomulco, se busca mediar con los padres de los infractores. “Cuando son mayores de edad se hace un trato directamente con ellos, si se detiene a menores de edad, se busca primero a los padres. Es muy difícil porque Tlajomulco se caracteriza porque toda la población sale a trabajar, y los chavos tienen partes del día solos y tener contacto con los padres es complicado.  En las madrugadas han detenido a chavos por estar vandalizando tanto espacios públicos como privados. Se recaban los datos de los papás y nos los llevan al Centro Administrativo de Tlajomulco. Una vez que sus papás y las autoridades los regañan y reparan el daño, son invitados a Traza y los sumamos a hacer murales comunitarios. Nosotros no nos dedicamos a recaudar, nosotros nos dedicamos a que se repare el daño, público y privado, a que los chavos sean conscientes del daño. Después de eso, nosotros los ayudamos en este proceso”.

Tapatío

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