Cientos de personas desfilaron por Avenida Chapultepec en Guadalajara, en el marco de los festejos del Día de Muertos, con lo que las celebraciones de esta tradición llegaron a su fin. De acuerdo con cifras del Ayuntamiento tapatío, 700 personas y 40 vehículos participaron en el desfile tradicional.A las 18:00 horas inició el recorrido en el cruce de las avenidas México y Chapultepec. Acompañados de música y una banda de guerra, catrines, calaveras, automóviles, calandrias y personas disfrazadas avanzaron entre los aplausos de la concurrencia. Elementos del Escuadrón Acrobático de la Policía de Guadalajara lideraron al contingente a bordo de sus motocicletas.“Está muy bonito, no sólo porque mantenemos la tradición con este desfile, sino porque es un evento familiar. Hoy que descansamos todos en la casa decidimos venir a tomar un café y a caminar por aquí. A los niños les emociona ver a los catrines pasar y a los carros, luego les avientan dulces o pelotas… y ellos encantados. Le pediría a la gente que vengan a ver los próximos desfiles, que hagan un plan familiar para salir y venir a ver todo, no dura mucho. Y de verdad está muy bonito”, subrayó Sandra López, quien participó en el desfile paseando a su perro, disfrazado de maceta de cempasúchil.En el operativo del Día de Muertos 2024, que se extendió del 31 de octubre al 3 de noviembre, se reportó un saldo blanco, indicó el Ayuntamiento de Guadalajara.El contingente salió del cruce de las avenidas México y Chapultepec hasta José Guadalupe Montenegro, donde regresó al punto de partida.Además del desfile, sobre el andador comercial se presentaron muestras artísticas desde las 16:00 hasta las 22:00 horas. Novios maquillados de catrines a bordo de una calandria, niños riendo y bailando y cientos de más personas partieron ayer alrededor de las 18:00 horas de Avenida Chapultepec y su cruce con Avenida México rumbo a la calle José Guadalupe Montenegro para cerrar una edición más de los festejos del Día de Muertos en la ciudad con un mega desfile.Ataviada como catrina y preparándose a tomar parte en el recorrido del desfile con su grupo de baile folclórico, Rosa afirmó que “es una forma de rescatar nuestra tradición, porque como mexicanos el Día de Muertos está arraigado en nosotros. Pero además de la tradición, es un evento de convivencia, una actividad para que salgamos a la calle y podamos disfrutar sin tanto ruido de carros, sino con el ruido de la música, de aplausos y de los bailes”. Rosa agregó que “este desfile es una oportunidad para conectar con nuestras raíces, que creo que aún están vigentes pero poco a poco las han ido perdiendo los más jóvenes. Pero si no quieren conocer nuestras tradiciones, mínimo que salgan a ver el desfile y a distraerse un poco”,A su alrededor, los catrines saludaban a los asistentes, ansiosos porque en las verbena tuvieran la suerte de obtener un dulce o una pelota de goma.Tras ellos, hombres ataviados con máscaras de calaveras se acercaban a los curiosos, sonriendo y dirigiéndose a los más pequeños, cuyos rostros reflejaban la emoción de disfrutar tantos colores y sonidos. Las miradas y fotografías se las llevaron las calandrias, en especial las que llevaban a los novios. Una pareja, valiente, osada y sumamente enamorada, demostró ese sentimiento apasionado con un beso ante la cámara, con un corazón que los protegía del ajetreado desfile que envolvía sus alrededores.“Es la primera vez que vengo y la verdad está muy bonito. No sabía que hoy había desfile ni nada de eso, pero sólo salí a caminar y vi que ya se estaban preparando y que cada vez llegaban más personas disfrazadas, o familias con los niños, y decidí quedarme a ver, y no me arrepiento. Es un muy bonita experiencia, ver todos los colores, la música, el folclor del que tanto se habla de México, ¿no?” […]. Que vengan, que vengan todos, sobre todo los niños y adolescentes, para que vean que esto también es parte de sus tradiciones”, comentó, emocionada y con su cámara lista, Nicole.La algarabía seguía tras el paso de las calandrias y los autos de lujo. Los conductores, orgullosos, pisaban el acelerador para deleitar a la multitud con el estruendo que emitía el escape. Pasaron los autobuses de turistas del Centro Histórico y, finalmente, llegó el espectáculo de los charros. Zapateaban, brincaban y zarandeaban la cuerda ante la admiración de los asistentes.Con ellos, terminó de pasar el último contingente del desfile que tomó una de las arterias culturales y recreativas más reconocidas de la ciudad. CT