El tejocote, fruta de origen mexicano, y la caña, cultivo agrícola más importante del planeta, son dos frutos que no pueden faltar en las piñatas que se rompen en las posadas, fiestas populares que se celebran en México y otros países de América Latina durante nueve días y hasta la Nochebuena.El tejocote es una fruta mexicana, su nombre en náhuatl "texocotl" significa: piedra agria. Este fruto se cultiva, principalmente, en Puebla, entidad que aporta 93 por ciento de la producción nacional, la cual asciende a más de cuatro mil toneladas, posteriormente le siguen Jalisco, la Ciudad de México y Zacatecas.De acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), este fruto, parecido a una pequeña manzana y que es de color amarillo o naranja contiene muchos beneficios, entre los que están vitamina C y del complejo B, además de que contiene calcio, hierro y pectina.Por otra parte, a la producción de caña, una importante fuente de ingreso desde la época colonial, se destinan más de 826 mil hectáreas del territorio mexicano para su cultivo.La caña de azúcar (Saccharum officinarum) llegó a México en la época de la Conquista. Su primera plantación tuvo lugar en el estado de Veracruz y actualmente el mayor rendimiento se observa en Morelos con 120.4 toneladas por hectárea.La Sagarpa informó en su blog que los principales estados productores de caña son Veracruz, con 35 por ciento del total nacional, seguido de Jalisco con 14 por ciento y San Luis Potosí con 8.0 por ciento.La caña se utiliza principalmente para la obtención de azúcar, pero también se emplea como abono, alimento animal o bien para la fabricación de papel. El jugo de caña de azúcar, otro derivado, se emplea en la elaboración de alcohol industrial y de bebidas alcohólicas.El jugo de la caña de azúcar es rico en nutrientes y a partir de él se elaboran bebidas fermentadas, además de que es un remedio para rehidratar el cuerpo e ingrediente importante de una de las bebidas más ricas de esta temporada: el ponche navideño. OA