Con el ilustrativo nombre de “Tejedoras de lazos”, la artista visual Betsabeé Romero exhibe actualmente -para cubrir el Pabellón de México en la Expo Universal de Dubái 2020, que se realiza en Emiratos Árabes por estos días- una pieza de tejido multicolor para la cual contó con la colaboración de numerosas mujeres artesanas de Etzatlán, Jalisco, para elaborar una obra representativa, evocadora e ingeniosa que también combina tradición y modernidad.Mujeres trabajandoEn palabras de la artista, fue “invitada a hacer una propuesta para esta exposición mundial; ahora, lo que me entusiasmó -primero que nada- fue que se pidiera una pieza de arte contemporáneo, y a una mujer. Así, pensé que no estaría completa mi idea si no proponía como concepto algo que significara una colaboración con el arte popular, uno de los elementos más importantes del patrimonio cultural del país”.Ahora, sin pensar en una zona en específico, establece Romero, “busqué que, desde los materiales y la elaboración de la pieza, hablara por sí misma desde la fachada del pabellón. Lo que perseguía era que nos enviara significados importantes, de ahí que eligiera el tejido; en la búsqueda, encontré una pieza donde el tejido cubría al pueblo, elaborada por un taller de tejedoras pero, además, de mujeres laborando juntas, evidenciando una gran capacidad colaborativa, como Penélopes empoderadas por el trabajo. Por ello investigué sobre Etzatlán, esta tradición de tejido y a buscar quién podía ayudarme”.Hecho a manoDe esta forma, Romero dio con Lorena Ron, quien encabezaba este trabajo colectivo de esa comunidad de mujeres artistas, el encuentro fue fructífero e hizo posible una “pieza única” para una exposición que da “una importancia mayúscula al futuro y las nuevas tecnologías, pero creo que, tras un largo confinamiento, era fundamental que el pabellón tuviera ese color y temperatura de lo hecho a mano. Este expo es un evento presencial que debe recordarnos el calor de la mano del hombre y lo que significa en cuanto a valores que hay que preservar”.Convencida de que el arte contemporáneo puede encontrar también raíces en lo tradicional, la artista sostiene que “la pandemia me llevó, hoy más que nunca, a reflexionar en nuestra posición como artistas de cara al futuro, pero asimismo ante el pasado, ante nuestras raíces; de ese modo, establecer más formas de sinergia interdisciplinarias. El arte contemporáneo implica simultaneidad y diversidad de culturas, y México tiene de eso una gran riqueza”.Estrella centrífugaDestaca Romero que, tratándose de una pieza de gran magnitud, “fue complejo” el proceso de elaboración, pero “admiro mucho la organización y eficacia del trabajo hecho en Etzatlán: la pieza se conforma por hexágonos tejidos en crochet, unidos a través de lazos (de ahí el nombre de la obra, como representación de la unión). Mi intención era que se conformara por líneas de distintos colores que se proyectan desde el centro y se proyectan hacia los tres lados del edificio, como estrella centrífuga (conformación geométrica que comparten con las telarañas)”.En estos términos, “Tejedoras de lazos” es una pieza que cubre en su totalidad el edificio que alberga el pabellón mexicano en Dubái, miles de elementos (hexágonos tejidos con rafia de 12 diferentes colores) que se unen para comprender alrededor de 750 m2 (metros cuadrados) y que, como otro rasgo sorprendente -refiere Romero- “se elaboraron todos en dos meses”.Finalmente, la artista nacida en la CDMX hizo referencia al “muy complicado” proceso de instalación de la pieza, para lo cual contaron con una empresa “especializada en tejidos”, cuyos empleados eran “fundamentalmente de la India, Bangladesh y Pakistán, países con una larga tradición de grandes tejedores, como México; en eso, era importante que una mujer de Etzatlán tomara parte del proceso -la misma Lorena Ron- para que tuviera conocimiento la comunidad de cómo se instaló esto en tres días consecutivos, de forma tan manual como en su elaboración”.La Exposición Universal Dubái 2020 -pospuesta debido a la pandemia-, bajo el eje temático: “Conectar nuestras mentes y construir el futuro”, se celebra desde el 1 de octubre de este año y permanecerá montada hasta el 31 de marzo de 2022. La enorme muestra cuenta con pabellones para más de 190 países y prevé, a lo largo de seis meses, que las visitas registradas sobrepasen los 25 millones de personas.En 2019, la Asociación de Mujeres Tejedoras de Etzatlán (Región Valles, Jalisco) se dio a la tarea de elaborar una larga serie de tejidos de crochet que, unidos, cubrieron el techo del Pabellón Artesanal de la Casa de Cultura y algunas calles del centro; la obra -llamada “Cielo tejido”- hizo a estas artistas las poseedoras de un récord Guinness que hoy día sigue vigente por la extensión de un manto tejido que alcanzó más de 2 mil 800 metros cuadrados.