Inclasificable es la palabra que utiliza la escritora española Rosa Montero para intentar definir lo que es “El peligro de estar cuerda”, su más reciente obra en la que navega entre el ensayo, la documentación y la autobiografía para abrir diálogo sobre la relación que hay entre lo que se considera es la locura y cómo es que ésta impacta o comulga con la creatividad.Celebrando poder regresar presencialmente a la Feria del Libro Internacional de Guadalajara (FIL) y llegar arropada con “El peligro de estar cuerda” (Seix Barral), Rosa Montero recordó que esta obra es por mucho “el libro de mi vida”, al destacar que si bien ahora no apostó por una novela, hay toques de ficción y una exploración íntima sobre sus trastornos personales, desde que identificó que tenía ataques de pánico, que aderezan la lectura de este texto que también lo visualiza como un artefacto literario y que se suma al formato que anteriormente presentó con “La ridícula idea de no volver a verte” y “La loca de la casa”.“Para mí es el libro de mi vida porque responde preguntas que han estado dando vueltas en mi cabeza desde que era pequeña”, recalcó Montero al revelar cómo desde las primeras líneas le comparte al lector que desde la infancia siempre tuvo la sospecha de algo no funcionaba bien en ella y cómo mediante la escritura esas dudas fueron incrementando conforme empezó a confrontar lo que la sociedad dicta como normal o raro, y más en el terreno artístico, creativo y literario. “Lo que cuento en este libro es que la cabeza de los artistas, de los que nos dedicamos a la creación es una cabeza que no ha acabado de madurar, es una cabeza inmadura, un cerebro inmaduro”.La escritora, ganadora del Premio Nacional de las Letras Españolas (2017), indicó que uno de los datos que más la ha sacudido en su investigación fue saber que el cerebro humano culmina su madurez hasta los 30 años, por lo que refiere cómo este tipo de procesos determinan o no conductas y decisiones, cómo se consolida la personalidad en distintas etapas de la vida y así llegar a una de sus preguntas clave: ¿Qué es la normalidad y que es la cordura si el cerebro aún no llega a su ‘madurez’?. “Siempre me he preguntado por qué tengo una cabeza distinta, y a medida que vas creciendo esas preguntas se hacen más complejas. Por qué una serie de personas de repente necesitamos invertir horas y horas de nuestra vida en meternos en una esquina de nuestras casas durante semanas o años para escribir mentiras, que es un trabajo verdaderamente estrafalario, absurdo, sin embargo, esa cosa absurda las necesitas hacer de una manera esencial, porque lo necesitas para ser capaz de levantarte por las mañanas para darle un sentido a la vida”.FS