Cinco cucarachas gigantes cuelgan de los balcones de la Casa de América de Madrid para advertir a la sociedad "de un mundo que hoy es bastante convulso y contradictorio y está lleno de amenazas y desafíos".La instalación forma parte de la obra del pintor y escultor cubano Roberto Fabelo, quien este miércoles inaugura una muestra en el Centro Cultural Conde Duque de la capital española, donde se plantea un diálogo entre varias de sus piezas y 160 grabados del artista español Francisco de Goya (1746-1828).Además de la muestra en Conde Duque, la fachada de la Casa de América, situada en el antiguo Palacio de Linares que se comenzó a construir en 1877, es otro lienzo para Fabelo, quien con estos insectos quiere llamar la atención sobre los "desafíos a los que el hombre debe responder con responsabilidad"."Es parte de una instalación que se llama Sobrevivientes, es una alerta, una advertencia", dice en una entrevista junto a sus cucarachas, quienes deben servir para generar un análisis sobre "los peligros bélicos, de desaparición de las especies o las amenazas al medio ambiente". Además, el artista señala como problemas "los poderes excesivos, la confrontación de lo hegemónico con lo unipolar y todas esas alternativas que están ante el hombre y ha de resolver"."Las criaturas, recordando un poco a Gregorio Samsa en la Metamorfosis de Kafka, nos dicen que podríamos un día amanecer, después de una hecatombe nuclear o de un cataclismo, podríamos despertarnos como bichos, como cucarachas", manifiesta.El artista cubano alaba la figura de Francisco de Goya, uno de los pintores más importantes de la historia de España, autor de famosas obras como "El 3 de mayo en Madrid", de 1814, en el que muestra los fusilamientos a madrileños ante el levantamiento español para recuperar su independencia del gobierno francés de Napoleón Bonaparte.En esa línea, explica el origen de la exposición "Mundos. Goya y Fabelo" por la "influencia" de la obra del español "no solo" en su trabajo, "sino en todo, como fundador de una visión muy singular sobre el arte y la sociedad"."Esa influencia llega a mí también, que soy un artista poco expresionista, figurativo, y después de tantos años de práctica artística, el resultado es que me acerca, me pone bajo la influencia de Goya", asume. Con tal conexión y admiración pide que no se tilde de "comparación" a esta muestra, donde las obras de ambos conviven, sino más bien "de reverencia hacia la obra de un clásico como Goya"."Casi me sonrojo (al compartir sala con el español), Goya es para mí un ángel guardián del arte y de mi trabajo, me siento un diminuto ser al lado de un gigante como Goya", afirma.El artista explica que los animales tienen mucho "protagonismo" tanto en la obra "de muchos artistas" como en la suya propia: "En la mía la tienen porque son hermanos nuestros, estas criaturas que adquirieron otra forma pero que aportan sensaciones y sensibilidades"."Como criaturas simbolizan muchos de nuestros comportamientos humanos, de alguna manera también nosotros nos encontramos entre ellos, en Goya están, en muchos otros artistas y yo tengo mucho respeto no solo por los animales, sino por toda la naturaleza", dice. En esa línea, consciente de la importancia de proteger el medioambiente, pide tener "una relación responsable y creadora" con la naturaleza.Con todo ello, espera que el público español se vaya de la muestra "con su propia emoción, su propio vínculo y sentimiento"."Mi obra está tratando de portar ese mensaje humanista, llama a mirarse a sí mismo y a los demás y a la naturaleza con respeto y a la creación humana como un legado que también tenemos que respetar" SL