Este año significó para México y el mundo una serie de pérdidas irreparables dentro de la comunidad de personajes de la cultura; muchos de estos icónicos artistas han dejado un legado trascendente para las nuevas generaciones. Que la memoria colectiva los guarde.Sin duda la plástica nacional sufrió una gran partida tras la muerte del pintor, grabador y académico mexicano Francisco Castro Leñero, quien falleció el 24 de octubre a los 68 años de edad, debido a complicaciones de fibrosis pulmonar, enfermedad que padecía desde hace meses. Nació en la Ciudad de México en 1954, fue pintor y grabador, un artista que tuvo siempre un profundo interés por el color, la geometría y el trazo. Su obra forma parte de numerosos acervos, entre los que se encuentran el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, la Fundación Jumex, el Museo José Luis Cuevas y el Centro Cultural Arte Contemporáneo.Así mismo, el pasado 30 de noviembre falleció Federico Silva, escultor mexicano nacido en 1923; murió el mismo día en el que se inauguraría su exposición “Federico Silva: lucha y fraternidad, el triunfo de la rebeldía”, en el Palacio de Bellas Artes. Comenzó su carrera colaborando con el también pintor David Alfaro Siqueiros en algunas obras públicas. Fue investigador en la Coordinación de Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde fue promotor del “Espacio Escultórico” y ejecutó más obras. Realizó trabajos en Morelos, Puebla, Sinaloa, Aguascalientes y Tlaxcala, entre otras entidades; pero también países como España, Estados Unidos, Francia, Suecia, Jamaica y Japón. El pasado 7 de octubre, falleció el arquitecto mexicano, nacido en la Ciudad de México, quien pasó la mayoría de su vida en Guadalajara, donde obtuvo su licenciatura en 1966, en la Universidad de Guadalajara (UdeG), y desarrolló su interés por la escultura.Sus obras más importantes en la Perla Tapatía son: “La Gran Puerta” (1969), en el Parque Amarillo; la fuente de “La Hermana Agua” (1970), el ingreso al Parque González Gallo y “La Torre de los Cubos” (ambos de 1972), la Plaza Fuente (1973), la Casa González Silva (1980), el “Paseo de los Duendes” (1991), el Museo de la Cultura Maya (1993), el Centro de Seguridad Pública (1993) y el Centro Universitario de Los Altos de la UdeG (1993, todavía inconcluso); también hizo trabajos en el resto del país y el extranjero. El 25 de mayo de este año, el escritor, poeta y académico falleció a la edad de 93 años. Conocido como “El Tigre”, seudónimo derivado de su poemario “El tigre en la casa” (1970), Lizalde nació en la Ciudad de México en 1929. Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.Publicó sus primeros poemas en 1948 y en 1956 apareció su obra “La mala hora”. Después otros poemarios, entre los que destacan “Cada cosa es Babel” (1966), “La zorra enferma” (1974), “Caza mayor” (1979), “Tabernarios y eróticos” (1989), “Rosas” (1994) y “Otros tigres” (1995). El poeta, ensayista, traductor y académico falleció el 3 de octubre a los de 72 años. Nacido en la Ciudad de México en 1949, hijo del poeta y periodista Efraín Huerta, David Huerta escribió una veintena de libros de poesía, como “Versión”, que le valió el Premio Xavier Villaurrutia 2005, además de haber dedicado largas líneas a diversos asuntos alrededor de este quehacer. En 2019 obtuvo el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances.El 13 de diciembre se dio a conocer la muerte del arquitecto y escenógrafo; padre del actor y productor Diego Luna. Falleció a los 83 años. Su trabajo pudo ser disfrutado en más de 300 puestas en escena de teatro, ópera y danza en México y el extranjero.Luna nació el 1 de diciembre de 1939 en la Ciudad de México; estudió arquitectura en la entonces Escuela Nacional de Arquitectura y cursó materias de arte dramático en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. El 17 de diciembre, la literatura visitó de negro tras reportarse el deceso de la escritora brasileña, en un hospital de Lisboa, Portugal. Tenía 85 años. La autora de 25 libros, incluyendo novelas, cuentos, ensayos y memorias, fue la primera brasileña en recibir los principales premios de la literatura iberoamericana, como el Juan Rulfo o el Menéndez Pelayo, y también la primera mujer en presidir la Academia Brasileña de las Letras (ABL). Además, le otorgaron el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, en 1995. El pintor y muralista mexicano murió la noche del sábado 3 de diciembre a los 72 años. Nació en la Ciudad de México en 1950. Estudió arquitectura y diseño en la Universidad Iberoamericana. Se mudó a Cuernavaca, para desarrollar su faceta artística. La calidad de su dibujo y el desarrollo de técnicas y materiales ajenos a lo tradicional en las artes visuales crearon espacios expansivos que, a la vez, desafiaban las tendencias establecidas. CT
