De hecho, Los textos de Edgar Allan Poe no han dejado de publicarse y los lectores en español poseen la añadidura de las traducciones realizadas por Julio Cortázar. Sus cuentos son tan divertidos que alcanzan a clasificarse en aquellos que son de terror, los que transitan el pensamiento profundo de la metafísica y los policiacos. Todos vinculados a la icónica capacidad de Poe para trabajar el misterio, la sorpresa y el juego de emociones con los lectores.Hablamos de un artista que alcanzó el reconocimiento de sus pares en vida, así como la admiración de sus lectores y, no obstante, tuvo una desoladora y miserable muerte.Estadounidense, Edgar Allan Poe nació en Boston al arranque del siglo XIX, en 1809. Siendo hijo de actores empleados en una compañía teatral nómada, pudo haber nacido en cualquier estado de la Unión Americana. Los padres del escritor tuvieron una muerte prematura y antes de los tres años de edad, ya era huérfano el pequeño que se convertiría en uno de los grandes referentes literarios de su nación. Fue acogido por el comerciante John Allan (de ahí el apellido) y bajo su protección llegó a la Universidad de Charlottesville, anunciando aptitudes destacables para el arte desde su infancia. El joven Edgar Allan Poe luchaba contra el juego, la imposición de un carrera en derecho o comercio, las amenazas de expulsión de la universidad y su propio sueño de ser poeta. Al final todo este conflicto reventó junto con la relación con su familia adoptiva y el escritor se fue a buscar éxito en Boston, tan solo con sus notables textos. Ahí publicó su primer libro Tamerlán y otros poemas; sin embargo, el manuscrito pasó sin pena ni gloria por lo que se enfiló en el Ejército ante la necesidad apremiante de un joven que había abandonado el hogar para seguir un sueño sin más bases sólidas que la confianza en su talento y la pasión por escribir. Luego de ser expulsado por indisciplina, se dirigió a Baltimore, donde viviría con su tía y prima, Virginia Clemm, con quien se casó. En Baltimore fue más valorado su talento, y el premio de un concurso literario por su cuento, Manuscrito hallado en una botella, hizo despegar su carrera en 1833. Desde entonces era leído como crítico y colaborador en publicaciones periodísticas. En 1845 su famoso poema, El Cuervo, lo apuntalaba como un escritor en la cúspide, a pesar de que jamás pudo relajar su conducta inquieta y siempre estaba en la saga de la miseria, el alcoholismo y su inestabilidad en el hogar. Fue la prematura muerte de su esposa Virginia en 1847, el anuncio de su propio final. Después de 1845, Edgar Allan Poe solo había podido escribir Eureka, un ensayo filosófico que ha sido tan celebrado como sus narraciones.Fue en un mes de octubre como este pero de 1849 cuando fue recogido de las calles de Baltimore, inconsciente luego de una borrachera de días. Corre la versión de que durante la temporada electoral de la época, el escritor fue una de las víctimas de los agentes electorales que embriagaban a los vagabundos para llevarlos a votar de colegio electoral en colegio electoral. Luego de haber recuperado instantáneamente su lucidez, murió el 9 de octubre de ese 1849, desoladoramente pero con una trascendencia a su época y lugar bien asegurada.CP