Ya fuera bailando, cantando, actuando o mediante mímica, estas interpretaciones exigían la implicación en el momento, tanto de los creadores como de los espectadores.¿El objetivo? Hacer al público replantearse sus conceptos sobre la vida, la sociedad y, por supuesto, la política. Y es aquí donde aterrizaremos nuestros más lúcidos ejemplos.Tú también los has empleado para plantar un mensaje de tu interés: en una cita, con tus jefes, amigos, familia…Si bien hemos visto el amplio uso de performances para manifestar ideas políticas en México, (María Eugenia Chellet, Teresa Margolles, por ejemplo), también los hemos podido reconocer durante plantones, marchas y otros momentos y participantes de perfil más político.Y mira bien cómo nada es casualidad, en 1868, cuando el Congreso dejó su salón en Palacio Nacional, tuvo meses de sesiones en el edificio del Circo Chiarini, afamado por sus presentaciones de acróbatas, bailarines y titiriteros.El día de ayer, en la Cámara de Diputados se discutió y desechó el proyecto de la Reforma Eléctrica emitida por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, no sin antes ofrecer una pasarela de legisladores cuyo uso, consciente o no, del performance o arte acción, resulta muy ilustrativo para comprender el término.Es interesante pensar en la bancada de diputados de Movimiento Ciudadano planeando el que fue uno de los performances más notorios durante la sesión legislativa.Quizá pensaban: “¿cómo exhibir lo que consideramos una iniciativa tóxica para el país?” (Y de paso aprovechar el término “tóxico” muy de moda por estos días).Bueno, parece que la respuesta no buscaba ser sutil y lanzaron su argumento con máscaras antigases al afirmar que, de ser aprobada, se quemaría 129 por ciento más carbón e incrementarían las emisiones de dióxido de carbono.La cuestión aquí es ¿Serían máscaras reales o de utilería? Pregunta fútil desde la perspectiva política pero trascendental desde la narrativa performática.Con el objetivo de evitar “madruguetes” en la sesión del domingo, varias diputadas y diputados del PAN, PRI, PRD y MC armaron su “pijamada” desde el sábado, dentro de sus oficinas en el Congreso.Las fotografías en sus redes sociales no faltaron, un sleeping bag por aquí, la frazada en el sofá por allá y hasta el colchón inflable con todo y sabanitas. La mayoría de las fotos con su respectivo y siempre cortés deseo de “Buenas noches”.A bordo de cuatro autobuses llegó parte de la nutrida bancada de Morena a la Cámara de Diputados, quienes en marea ingresaron a San Lázaro mostrando músculo.cantaban en el recinto legislativo con ánimo festivo y triunfal, hasta el último momento, a pesar de no haber alcanzado la mayoría calificada para que pasara la iniciativa presidencial.Sin embargo, quien parece que sí mantuvo los pies en la tierra, fue el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, que si bien no se hizo presente en el recinto (salvo con los peluches de AMLO en tribuna, auténtico “ready made”), sí lo hizo cimbrar en redes sociales después de su elocuente tuit antes de la votación.¿Tomar la victoria antes de la derrota? Si fue o no la intención presidencial, como sea esté breve mensaje fue un potente acto performático de uno de los políticos cuya fuerza de comunicación creativa, hasta sus opositores le reconocen.Uno de los principales problemas para los performanceros de antaño fue la naturaleza efímera de la obra, que una vez concluida perdía su registro físico, por lo que comenzaron a resguardarse en videos y fotos, tal como podemos apreciar se hizo ayer en las redes sociales.Si lo piensas bien, todos hacemos performances pero siempre resulta más interesante medir el nivel de comunicación emitido por aquellos que marcan el rumbo de un país.CP