En el marco de la 41 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM) se presentó el libro infantil “BABY H. P.”, de Juan José Arreola, editado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y que está basado en el texto que el escritor nacido en Zapotlán el Grande, Jalisco, publicó en 1952 en la primera edición de “Confabulario, dentro de la Colección de Letras Mexicanas”.La editora y promotora cultural Fernanda Cuenca explicó al público asistente que “este cuento fantástico se retomó porque en él, el maestro Arreola, no sólo reflejó su profundo amor y conocimiento de los niños; también dio muestras del potencial creativo que ha dado, da y dará la buena literatura”.La idea central de que “BABY H. P.” sea una forma de almacenar y usar la inmensa energía que habita en los niños y niñas, hoy, ya casi, no es una ficción. Con los avances tecnológicos y científicos de las últimas décadas, estamos a un paso que esa idea sea una realidad. El Gran Colisionador de Hadrones, de la Organización Europea para la Investigación Nuclear, es un ejemplo—, anotó.Por su parte, Raymundo Silva, representante editorial del IPN, recordó que Juan José Arreola, “si observamos bien, siempre mantuvo viva su niñez; con ella, nunca perdió esa capacidad de imaginar, de conocer, de sorprenderse ante lo que pasa en el mundo, a su alrededor, lo cual lo hizo un erudito en varios campos: en el hablar, el escribir, el dominio de idiomas o jugar ajedrez, por mencionar algunos campos”.Esa capacidad creativa y amor por los niños, que se reflejó en un abuelo de más de 70 años, fue el camino para que sus nietos, a través de sus relatos, se acercarán a la música, a la poesía, a la ciencia; ahora, gracias a este libro editado bellamente por el IPN, el maestro Arreola se puede convertir, como lo hizo con sus nietos, en el maestro culto de los niños mexicanos—, aseveró.El libro infantil “BABY H. P.”, de Juan José Arreola, que se presentó la víspera en la Galería de Rectores de la FILPM, no solo tiene un cuidado editorial de primer orden, también se apoya de ilustraciones llenas de colores y creatividad que hacen al lector, niño o adulto, sucumbir a la tentación de abrirlo sin pedir permiso, porque se intuye que ahí hay una puerta al infinito de la imaginación.AC
