Una orquesta como la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) tiene en su plantilla a un centenar de músicos, de los que muchas veces el público no conoce los rostros o nombres. En esta sección te presentaremos a los principales intérpretes en cada sección, comenzando con los concertinos.Iván Pérez llegó a la OFJ hace dos años, para ocupar el puesto de violinista. Meses después llegó Angélica Olivo, también violinista. Desde entonces, ambos se han presentado como solistas en la OFJ.En su camino profesional, Iván llegó a Guadalajara cuando supo de una audición: “Me invitaron para ser concertino en la primera gira de la orquesta, a Corea del Sur. Conocí Guadalajara, no había venido a México. Me gustó mucho la orquesta. Tuve muchos meses de prueba para el cargo de concertino”.Originario de Caracas, Iván proviene de una familia de músicos. Su padre, madre y uno de sus tíos fueron de las primeras 16 personas en el famoso Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles, que ha difundido la educación musical en Venezuela generando miles de músicos de nivel internacional. El músico estudió en el Colegio Emil Friedman, en su país natal, y en Estados Unidos.Para Angélica Olivo, originaria de Barquisimeto en Venezuela, la música también viene de familia. Su padre es guitarrista, lo que la llevó a estudiar en el Sistema y en la Academia Latinoamericana de Violín, con José Francisco del Castillo. Antes de México, Olivo fue concertino en orquestas en Venezuela y Brasil.Para la violinista, el éxito del sistema es el apoyo y no sólo las intenciones políticas: “Y una cabeza como José Antonio Abreu, supo manejar todo para levantar ese monstruo, es muy grande”. Iván Pérez agregó: “Hubo idealistas que creyeron en la cultura, sobre todo en la música. Hubo otros idealistas que creyeron en ellos y dio ese resultado”. Además, la educación musical siempre se vio como profesional: “En Venezuela los que estudiamos música es nuestra vida. Nunca me lo planteé como un pasatiempo”, dijo Iván.Trabajan con admiración y respetoEl músico platicó sobre el método de trabajo de la OFJ: “Los músicos son como atletas de alto rendimiento. Tenemos tres horas de ensayo acá, más las tres o cinco horas que debemos hacer individualmente para estar listos… El programa lo montamos nada más en cuatro días. No se puede llegar a improvisar. Los otros 90 músicos llegan listos”. Del profesionalismo de sus colegas, compartió: “Me da mucha alegría venir todos los días a mi trabajo al Teatro Degollado y encontrarme con los compañeros que son súper talentosos y profesionales. Tengo total admiración y respeto por todos”.Angélica comentó al respecto: “El nivel es altísimo, tenemos que llegar preparados, por la exigencia de las obras”. De los gustos particulares como intérpretes; Pérez afirmó: “A mí me gusta el compositor que debo tocar, sino no podría tocarlo. Están los clásicos, Mozart, Bach, Beethoven, son los dioses”.Es como un switch, agregó, que los hace pasar del ánimo de una partitura de Saint-Saëns a Bartók. También están los conciertos con música orquestal escrita para otros contextos, como el cine: “Lo tocamos con la misma seriedad que tocamos Brahms o Beethoven. Es música muy difícil, se tiene que tocar igual de bien que cualquier clásico. Harry Potter no la conocía, es una obra maestra, y súper difícil técnicamente, tanto como Mahler. Es bueno ese tipo de programas, es parte de nuestra cultura actual”, dijo Iván.Guadalajara es su casaEn cualquier trabajo que implique mudarse a una nueva ciudad, el gusto por el nuevo espacio es importante para la permanencia. En el caso de Angélica e Iván, Guadalajara ha sido de su agrado, al igual que sus compañeros de orquesta: “No hay ninguno de los extranjeros que estemos en la OFJ al que no le guste Guadalajara. Es una joya escondida: tiene de provincia, de gran ciudad, el confort americano, la cosa latinoamericana de pueblito, la zona colonial en el Centro, completamente moderno del otro lado de la ciudad”, comentó Iván.El próximo programa de la OFJ se presenta en el Teatro Degollado este jueves 16 (20:30 horas) y domingo 19 (18:00 horas) de noviembre, con “La resurrección de Mahler” y Marco Parisotto como director, con Nicole Heaston (soprano), Hadar Halevy (contralto) y el Coro Municipal de Zapopan con Timothy Ruff Welch como director.