El escritor mexicano Pedro Ángel Palou ha publicado su más reciente novela, ‘México’ (2022), una historia en la que encara la recreación histórica de su protagonista, la Ciudad de México, desde la caída de Tenochtitlan hasta el desastre que significó el terremoto de 1985, pero también es una inmersión en la vida cotidiana de sus personajes que nos permiten apreciar cómo la urbe se ha “levantado” tras cada catástrofe —una y otra vez— para resurgir y enderezar su rumbo.En palabras del autor, tras concluir la escritura de “Tierra Roja” (2016), su novela sobre Lázaro Cárdenas, “sentí que debía meterme en un proyecto más ambicioso que abarcara más tiempo y tuviera más personajes ficticios; ahora, creo que el personaje principal es la ciudad, pero para relatar llegué a establecer cuatro familias —los Cuautle, los Santoveña, los Landero y los Sefamí—, cuidando sus genealogías y cronologías, para contar una historia íntima de la ciudad, a través de la historia en segundo plano, es decir, cómo afecta la intimidad de los seres humanos”.Y es que en la capital del país conviven los ávidos ánimos de construcción y de devastación, “lo que nos permite llegar a cubrir el arco narrativo completo hasta el sismo de 1985”, establece Palou, “una ciudad de catástrofes, pero cuyos pobladores —quienes hacen su historia— se restablecen una y otra vez; y la pregunta inicial que cuestiona si se trata o no de dónde vive el personaje (porque hasta el nombre cambió), es la premisa que impulsa la novela, y será el lector quien juzgue al final esos procesos de mestizaje entre culturas, porque la ciudad se hace y rehace conforme pasa el tiempo, y es culturalmente vasta, infinita, eterna”.Además, en “México” los personajes reales y ficticios se encuentran en el ámbito cotidiano, dice el autor, “y yo pensaba un poco en ‘Zelig’, de Woody Allen, o ‘Los años con Laura Díaz’, de Fuentes, para tener cuidado de que siempre los personajes estuvieran en el lugar correcto y el momento justo, como con ‘Forrest Gump’; pero era mejor proyectar ese roce entre estamentos económicos que se da en una ciudad tan grande, porque sólo en ésta se puede sentar a la mesa tanta gente distinta, de diferentes sitios, algo muy revelador”. Historiador de formación, Palou recuerda el tiempo en que estudió con el gran historiador Luis González y González, “quien inventó la idea de microhistoria, y que repetía una frase que se me quedó grabada: ‘¿Cuál es su divisadero?, ¿desde dónde ve usted, desde dónde enuncia?’ Algo importante para el historiador pero también para el narrador, quien se preocupa —al escribir— más por el hueco que deja la historia y debe llenar con la ficción que la concatenación de hechos”.En ese sentido, explica el autor, “una de las cosas que más me ha revelado la lectura de ficción histórica, es la falsa idea de continuidad histórica que hay en el mundo; hay más ruptura que continuidad en ese desarrollo, que es distinto a como nos cuenta todo la historia oficial”.En la búsqueda de diferenciar cada nuevo proyecto, Palou refiere que “cuando se hace una novela de esta escala temporal, el gran reto es construir un lenguaje lo suficientemente neutro para describir escenarios y conversaciones tanto de 1611 como de 1973. Y a la vez, en los diálogos, sentir que se habla con alguien de la época. La fuente principal en que abrevé fue la tradición literaria, y la novela está llena de guiños a distintos momentos de la novela mexicana: la Colonia, Valle Arizpe; a ‘Episodios nacionales’ de Salado Álvarez; a ‘Monja casada, virgen y mártir’, de Riva Palacio; y a obras menores como ‘Los piratas del boulevard’, de Heriberto Frías; igual que homenajes a Carlos Fuentes, Parménides García Saldaña, José Agustín o Gustavo Sáinz”. Nacido en Puebla de Zaragoza en 1966, Pedro Ángel Palou ha sido vendedor de ropa, árbitro de futbol, chef, funcionario público, administrador de educación superior y conductor de televisión. Actualmente vive cerca de Boston (Estados Unidos). Trabaja de tiempo completo en Tufts University, como jefe del Departamento de Lenguas Romances. Forma parte del Sistema Nacional de Creadores y sus obras se han traducido al francés, italiano, portugués, inglés y coreano. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia y finalista del Rómulo Gallegos y del Planeta Casamérica. Algunos de sus libros recientes forman parte sustancial del renacimiento de la novela histórica mexicana.