El pasado viernes la escritora Carmen Villoro rindió protesta como la nueva directora de la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz. Previo a la ceremonia en el recinto histórico, a cargo de la Universidad de Guadalajara, la poeta platicó en entrevista sobre cómo recibió la invitación para ocupar el cargo: “Me llamó el rector, Ricardo Villanueva. Me preguntó si me gustaría hacerme cargo de la biblioteca. Para mí fue una noticia muy conmovedora. Desde luego le dije que sí. Me parece un honor, además por el predecesor: don Fernando del Paso. Me parece un regalo de la vida. De inmediato me puse a informarme sobre el equipo. Ya estaba conmigo trabajando en la Cátedra Fernando del Paso, Alonso Solís, lo invité a que fuera mi subdirector, porque trabajó muchos años aquí en la biblioteca, la conoce bien. Nunca he estado a cargo de una biblioteca, soy escritora. Saber que puedo contar con un equipo de personas que conocen bien la biblioteca, el manejo de la misma, el acervo, que ya está el saber hacer las cosas”.Además del predecesor, escritor mexicano ganador del Premio Cervantes, todo el inmueble está cargado de historia: “Alberga además cosas muy valiosas, como los murales. Desde luego el acervo de libros que tiene ya, cerca de 90 mil libros muy bien adquiridos, es un acervo muy pensado, magnífico. Todo eso le da un valor y un significado muy rico al inmueble”.El acervo de la biblioteca, por temas de espacio, está cercano al límite: “Lamentablemente ya no hay mucho espacio para crecer, pero lo que hay que hacer es provocar que se use, que haya actividades, que esté muy viva la biblioteca. Que haya convenios con otros colegios de estudios avanzados, como el Colegio de México, el de Michoacán, el de Jalisco o el de San Luis Potosí, con universidades, preparatorias. Hacer que todo esto se conozca más. Hay mucha gente que no conoce la biblioteca: hay que hacer que la conozcan”.En diciembre de 2017 la biblioteca fue víctima de la delincuencia, que además de robar equipo de cómputo provocó un incendio en el lugar: “De inmediato convocaré a un grupo de asesores para cuidar el patrimonio, darle su lugar, ver qué hay que hacer para que este edificio permanezca. Ya el equipo de trabajo con el que cuento en esta etapa de entrega-recepción se han enfocado en la seguridad. Es la primera preocupación: hubo un incendio, eso no se puede repetir. Estamos haciendo cosas para que tenga más seguridad el edificio. Se realizó un trabajo magnífico de remodelación, se repararon los murales; pero todavía hay más por hacer para que esté en muy buenas condiciones”.Los planes para el nuevo espacio son reactivar la biblioteca como punto de encuentro: “Queremos hacer lecturas, conferencias, exposiciones de pintura. Que sea un centro cultural muy palpitante. Está en el corazón de la ciudad, tiene que ser la biblioteca del barrio, de la gente. No solo de los universitarios, que sí es de la universidad, pero me gustaría mucho que la comunidad se apropie, la sienta suya, que sea un lugar que se reconozca como muy activo en el centro”.El espacio público también está en la mira de la nueva administración: “Sería formidable extender actividades a la plaza. Por lo pronto tenemos el patio aledaño, que sí es nuestro: los sábados hay cuentacuentos. Nos gustaría crecerlo, es una dinámica natural de la ciudad, allí hay músicos, hay payasos. Si hay eso es porque la ciudad lo está convocando. Es algo natural, qué mejor que sea algo provocado por la biblioteca, que ofrezca algo más”.En la ceremonia el viernes pasado, la poeta leyó un texto en el que evocó el descubrimiento de la lectura, la escritura y la poesía, con énfasis en el concepto de la poesía que tuvo Octavio Paz: “La biblioteca se llama Octavio Paz, muy atinadamente: es un espacio poético. Me parece que podemos recordar lo que Paz decía acerca de la poesía, una visión amplia, no como un género literario nada más. Es una manera de escribir, un género, pero hay también una concepción de la poesía con todo aquello que nos asombra, que nos permite un contacto con nuestra subjetividad íntima, donde el tiempo se detiene: podemos tener una experiencia de la existencia como algo maravilloso. Es lo que tenemos que retomar: esto tiene que ser un templo poético”.