Amparo Dávila es una escritora que entra en la categoría de “los raros”, esos que Vila-Matas etiquetaba como los Bartleby. Autora de una obra breve, pero profunda, Dávila escribió su nombre con letras de oro en la literatura mexicana gracias a “Árboles petrificados”. Este conjunto de relatos publicado en 1977 le mereció el prestigioso Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores. Previamente había lanzado los libros de cuentos “Tiempo destrozado” (1959) y “Música concreta” (1964), además de tres títulos de poesía.Nacida el 21 de febrero de 1928 en Pinos, un pueblo minero en Zacatecas, la autora celebra hoy 90 años de vida con sus textos vigentes en librerías y en el gusto de los lectores. Con relatos donde lo fantástico colinda con lo insólito y lo inesperado. Su prosa completa en la ficción breve se publicó en “Cuentos reunidos” (2009, por el Fondo de Cultura Económica). El sello independiente Nitro Press también publicó el premiado libro “Árboles petrificados” en una edición especial.Sobre la inclusión de este clásico de la literatura mexicana en el catálogo, Mauricio Bares (editor en jefe de Nitro Press) platicó vía telefónica: “Tenemos una colección, llamada Punto de Quiebre, donde publicamos ediciones conmemorativas. Habíamos sacado cuatro o cinco títulos, pero ninguno de una mujer. Elaboramos una lista de autoras que nos interesaría publicar y ver la disponibilidad de los derechos. ‘Árboles petrificados’ estaba por cumplir años de haber salido y de haber ganado el Villaurrutia. Nos pareció un buen momento: nos parecía importante que esta edición la pudiese disfrutar la autora en vida”. La colección de la editorial incluye el texto completo, acompañado de reseñas, comentarios y documentos alrededor del libro. Entre esos documentos recogidos por la edición, y surgidos del archivo personal de la autora, está la carta escrita por Julio Cortázar, quien elogió a la autora por su primer libro de cuentos: “En la solapa se habla de esta obra como de su primer libro de cuentos; si es así, admiro la maestría y la técnica que se advierten en cada página” le decía el escritor argentino en su misiva. El libro lleva también textos de Alberto Chimal, Karen Chacek, Marianne Toussaint y Bernardo Esquinca.La adquisición de derechos de la obra fue hecha a través del FCE, pero antes obtuvieron el consentimiento de la escritora: “Hablamos con ella vía telefónica para ver si estaba de acuerdo con que realizáramos esta edición, que iría acompañada de textos y de material que nos pudiera ofrecer de su archivo personal”. Con la aceptación de Dávila la cesión de derechos se hizo con una cantidad simbólica: “Se portaron muy accesibles”, comentó el editor sobre los colegas del Fondo. Amparo Dávila vive al sur de la Ciudad de México, y prácticamente no sale debido a su edad. Sin embargo, el año de la publicación aceptó acudir a un evento público: “Fue muy padre. Después de que salió el libro ya al público hubo oportunidad de presentarla y hacer un homenaje en la Feria del Libro del Zócalo”. Lúcida en su uso de la palabra, la editorial decidió registrar en video a la autora: “Previendo que no iba a ser posible repetirlo cada que presentáramos el libro hicimos una entrevista con ella”, dijo Bares. De ese contacto con la autora, agregó: “Es fabulosa, ella se portó lindísima, leyó algunas cosas, parte de su discurso de aceptación del Villaurrutia. Fue una cosa muy emotiva”.Una de las vocaciones de Nitro Press es retomar libros como el de Dávila, que fueron premiados y leídos en su momento, reseñados nacional e internacionalmente pero que de pronto no tienen circulación años después: “Me parece que es una culpa de las editoriales grandes, con mucho dinero. Se dedican a hacer más dinero, se olvidan de prácticas editoriales antes muy comunes, como libros conmemorativos o libros que reflexionan la literatura, libros de entrevistas, más allá de los ensayos. Los libros de entrevistas eran muy comunes, pero han quedado relegados a las editoriales universitarias. La literatura no es tan desechable como quieren hacerlo parecer”.Al mismo tiempo, la editorial con dos decenios de experiencia da voz también a los autores jóvenes, con un par de antologías anuales de cuento (uno de cuentistas varones y otro de narradoras mujeres). “Lados B” es el título con el que lanzan la antología. Nitro Press publicará éste 2018 libros de autores cubanos, argentinos y un español.La edición especial de este año será de la escritora Ana María Maqueo, más conocida por su faceta docente en la Ciudad de México: “Escribió una novela policiaca en el 86, donde hablaba del involucramiento del gobierno con el narco. Hace un repaso muy crítico de la jerarquización de las clases sociales en nuestro país. Es una novelita de la que casi nadie tiene conocimiento: Crimen de color oscuro. En su momento ganó un concurso y tuvo un tiraje de cien mil ejemplares”.El libro conmemorativo “Árboles petrificados” se puede conseguir por medio de la página web de la editorial: www.http://nitro-press.com. Y aunque la bibliografía de la escritora es corta, por la calidad de su prosa y versos recibió la Medalla Bellas Artes en 2015, año en que se convocó el Premio Nacional de Cuento Fantástico Amparo Dávila.