Hay vocaciones que llegan, independientemente de la formación profesional. Así fue para Myriam Vachez Plagnol, quien estudió para ser médico aunque los caminos la llevaron a la cultura. “Estuve practicando un tiempo, pero después por las actividades de mi esposo decidí tomar un rato para estar con él y con mi familia. Viajaba mucho por el Estado y la República”.Gracias a su padre y madre, de origen francés, tuvo un acercamiento a la cultura: “Mi padre, como cónsul de Francia y como fundador de una serie de instituciones (Colegio Franco Mexicano, la Alianza Francesa, Círculo Francés). Toda la familia estaba involucrada en el tema de la divulgación y mantenimiento de la lengua francesa”.En ese contexto comenzó a colaborar: “Poco a poco me involucré. Cuando mi padre decidió retirarse como cónsul en Guadalajara el Consulado General en la Ciudad de México me solicitó que tomara la cabeza del consulado. Mi padre había presentado otros candidatos, pero ellos sabían que yo estaba muy metida en los temas de los franceses en Guadalajara: la relación con la embajada y Francia ya me eran muy familiares”. Myriam se hizo cargo del consulado honorario de Francia en Guadalajara durante diez años: “Lo que más trabaja son los temas culturales, de intercambio y también los locales”.Así surgió su inmersión en el mundo cultural jalisciense: “Con la Alianza Francesa hicimos la primera Fiesta de la Música de Chapultepec, éramos los organizadores, ahora lo organiza el ayuntamiento”, por ejemplo.Tiempo después vino la invitación para colaborar en la política, con el entonces candidato a la alcaldía tapatía Leobardo Alcalá: “Me invitó a formar parte de su planilla de regidores. Ya era tiempo, me dedique a trabajar por la ciudad… Fue casi natural que me dieran la comisión de Cultura”.Fue entonces cuando profundizó en el conocimiento de la gestión pública en el rubro de la cultura: “Involucrándome al cien por ciento desde aprender a hacer una iniciativa, hacer un dictamen, conocer a fondo las leyes y los reglamentos. Si hay que hacer algo hay que hacerlo bien. No era de rodearme de asesores para que me resolvieran: quería saber”.Tras el trienio, fue invitada por Jorge Aristóteles, quien recién había ganado la alcaldía de Guadalajara, para dirigir la entonces Secretaría de Cultura municipal: “Fue algo maravilloso. Trabajar en municipio es muy bonito, es muy cercano: se siente satisfecho o insatisfecho muy rápido. Los proyectos se materializan inmediatamente, hay tiempo de corregir las cosas al ver la reacción de la gente, se acercan y piden lo que necesitan. Ahí trabajamos tres años extraordinarios”.Myriam recordó el arranque de su titularidad en Cultura de Guadalajara: un sábado con lluvia en el que decidieron organizar el Paseo Chapultepec: “Ese sábado, como llovía, mucha gente no fue. Agarré unos libros y me puse a hacer lectura en la vía pública para los niños que sí estaban”.Con el vínculo de Alejandro Cravioto en la Secretaría de Cultura de Jalisco (por la donación de instrumentos), Vachez logró abrir cuatro escuelas municipales, un antecedente de ECOS, un programa del que se siente orgullosa: “ECOS ha sido y sigue siendo una emoción enorme: al ir a un municipio y ver la cara de los papás, de los niños, llenos de orgullo. A los seis meses de tocar ya se presentan en la plaza del pueblo, ya son el orgullo de la comunidad. En muchas ocasiones están aquí siendo seleccionados para ser parte de la Orquesta Sinfónica ECOS, del Gran Mariachi ECOS o el Gran Coro ECOS. Son niños seleccionados de los más de cuatro mil: es un logro y un orgullo”.Otros logros durante su paso por la Secretaría de Cultura estatal son Proyecta, donde buscó desarraigar la costumbre del “discrecionalismo” en la operación del presupuesto; “Antes se daban los recursos de manera discrecional. Ahorita creamos el fondo para que no fuera el secretario ni un director, sino mesas de expertos”. Un programa similar fue el de Traslados, donde los artistas que comprueben la invitación a llevar su proyecto a otros países cuentan con el apoyo de la secretaría: así han llegado a 32 países los artistas jaliscienses. Para su gestión, la doctora ha agrupado un equipo que siente comprometido cuando es momento de pisar el acelerador: “Ha habido momentos en los que pienso, ¿sí van a seguir el paso? Hubo momentos en que sentía que le daría un infarto al director administrativo. Sin embargo, lo sacamos”.Desde sus puestos, Vachez ha sido testigo de los cambios en la ley, mismos que imponen mayores exigencias para el ejercicio del presupuesto: “Han cambiado mucho los asuntos financieros, la ley de compras. Nos hemos adaptado, pero ha sido difícil. Antes había partidas especiales (para actividades culturales, para exposiciones) que permitían una mayor agilidad en la obtención de recursos, y solventar las obligaciones hacia los artistas y los creadores rápidamente (siempre justificando y comprobando las cosas, como debe ser). Hoy se ha centralizado mucho las compras”.Igualmente, las críticas han sido bien recibidas, siempre y cuando estén fundamentadas: “Podemos justificar por qué actuamos así. Siempre hemos sido abiertos a la crítica. La crítica constructiva nos ha ayudado a mejorar. Hay crítica muy destructiva también, que lo único que quiere es decir qué está mal, sin tanta razón. Esos son golpes que bajan un ratito”.