Durante lo que resta de este año y hasta el 12 de febrero del 2023, la exposición “Impresiones del pensamiento. Libros y manuscritos de los siglos XV al XIX” permanecerá en el Museo de las Artes (MUSA), en donde el público podrá experimentar un verdadero viaje al pasado mediante documentos históricos que reflejan cómo era la vida hace varios siglos, siendo del año 1484 uno de los libros más antiguos expuestos.Con el trabajo curatorial del historiador Diego Espejel Jiménez, la exposición se conforma de “joyas” que van desde libros, documentos, manuscritos, pinturas, estampas, dibujos, esculturas, instrumentos de navegación astronómica y recursos digitales, procedentes de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arreola”, así como del Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara, el Archivo Histórico Franciscano de Zapopan, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, el Museo de la Ciudad de Guadalajara, el Museo Franz Mayer y el Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec, y demás instituciones, que en algunos casos, permiten que diversos documentos salgan por primera vez de sus recintos de conservación.“La exhibición se trata de un viaje al pasado por medio de las palabras, tanto escritas como impresas, que fueron registradas en libros y documentos que, además, dialogan con obras pictóricas, gráficas y escultóricas que ilustran y ayudan a los visitantes a comprender mucho mejor estos contextos históricos de los que proceden los bienes bibliográficos y documentales que van a poder apreciar”, explica en entrevista con EL INFORMADOR el curador e historiador Diego Espejel, al resaltar que esta exhibición se suma a las actividades de Guadalajara, Capital Mundial del Libro.Tras casi 10 meses de trabajo en la búsqueda y selección de estos manuscritos y libros, el curador Diego Espejel puntualiza que si bien es evidente el paso del tiempo en cada uno de los documentos expuestos en el MUSA, todos se encuentran en óptimas condiciones para que el público tenga un acercamiento más directo a estos testimonios, que no sólo reflejan parte de la historia de Guadalajara o México, sino también del mundo, y que pocas veces son mostradas en este formato en conjunto y en público.“Tenemos libros incunables, es decir, los primeros que se imprimieron en Europa con una prensa tipográfica durante la segunda mitad del siglo XV, de manera que se encontrarán con ejemplares impresos en Venecia, en Francia o Ámsterdam, así como en distintas ciudades que, durante la dominación española, tuvieron una imprenta, como es el caso de Oaxaca, Puebla y la misma Guadalajara”.Resaltando los procesos de conservación, restauración y estabilización que cada instituto le ha dado a los documentos, manuscritos y libros que hoy se albergan temporalmente en el MUSA, Diego Espejel comparte las gratas sorpresas que el público encontrará en la exposición.“Del Archivo Histórico de la Arquidiócesis estamos exhibiendo reales cédulas, que eran documentos de gobierno mediante los cuales los monarcas españoles daban a conocer entre sus súbditos su voluntad y esas órdenes tenían que acatarse al pie de la letra”, comparte Diego Espejel, al referir que en esta exposición también habrá expedientes judiciales del archivo de la Real Audiencia de la Nueva Galicia, libros prohibidos o expurgados por el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, libros de cosmografía, y otros como el “Malleus maleficarum”, el tratado contra las brujas publicado originalmente en el siglo XV, y que para esta ocasión se exhibe una edición del año 1669, por ejemplo.Siendo licenciado en Historia por la Universidad de Guadalajara, el curador Diego Espejel destaca que la exposición ayudará a que el público en general tenga un acercamiento distinto a la historia, y sobre todo que las nuevas generaciones se inspiren y detonen una curiosidad genuina por esta labor y rama de estudio.“La respuesta que hemos tenido del público joven ha sido muy positiva, porque no dejan de ser elementos que difícilmente se ven en lo cotidiano; incluso, para los mismos historiados es limitadísimo el número de veces en que podemos apreciarlos, de ahí la relevancia de que se estén exponiendo, para que las nuevas generaciones se inspiren, es sembrar esa semillita de curiosidad”.
