En un rincón de la feria mexicana de arte Zona Maco, y opacadas por la atención que generan en los visitantes algunas de las galerías más importantes de Latinoamérica y el mundo, se agrupan una decena de editoriales mexicanas que reivindican la edición literaria como una forma más de arte."Sería muy lamentable que no hubiera libros en una feria de arte. Un libro, cuando está bien editado, debe pertenecer al reino del arte", dijo la editora de Trilce, Deborah Holtz, en una entrevista. Ese cuidado por la edición, incidió Holtz, permite a la obra literaria tener una secuencia narrativa que empieza en la portada y va llevando de la mano al lector a través de la historia."Y un libro, para tener fuerza y carácter, debe contar una historia. Eso es el arte de la edición", insistió. Algo escondidas entre las salas del Centro Citibanamex de la capital mexicana, que acoge hasta el domingo una de las ferias de arte más importantes de toda América Latina, los puestos de las editoriales reciben significativamente menos atención que los de las galerías con pinturas de Pablo Picasso, Joan Miró o Rufino Tamayo. "En realidad, estamos como de colados", reconoció el director de la editorial Arquine, Miquel Adriá, entre risas. Para diferenciarse de la "infinita" oferta literaria, comentó, es imprescindible que el libro físico aspire a ser una pieza de arte plástico. "Me parecía una frivolidad hace años, pero el primer paso que debe dar un libro es ser hermoso, y después interesante. El libro es una trampa, y el queso de la trampa es la portada", dijo el responsable de Arquine.Por su parte, la gerente comercial de GG, María Elena Gómez, recalcó la importancia que tiene para las editoriales exponer su trabajo en un evento artístico de nivel, donde pueden ayudar a los visitantes "a comprender el arte a través de los libros".En esa misma línea, el director artístico de Zona Maco, Juan Canela, destacó la importancia de los libros a la hora de acompañar a artistas, galeristas, museos y aficionados. "Las exposiciones van y vienen, tienen una temporalidad. Las obras de los artistas van de un lugar a otro, a los museos. Y el libro queda, tiene una capacidad de distribución mayor y ayuda a que todo eso se mime", manifestó.Entre las editoriales y librerías que cuentan con un espacio en Zona Maco también destacan Ediciones Acapulco, Turner o la única extranjera, X Artists' Books, procedente de Los Ángeles. "Tenemos editoriales muy interesantes que hay que reivindicar y poner en valor", exhortó Canela.SL