En la literatura no hay medias tintas para Mario Mendoza, en particular, cuando se trata de reflejar lo más oscuro del sentido humano y sus temores más profundos.Ante la respuesta que su última novela “Akelarre”, ha tenido desde su lanzamiento en su natal Colombia durante el primer trimestre de 2019, esta historia finalmente debuta en México —con editorial Planeta— para demostrar por qué su protagonista, el detective “Frank Molina”, está causando asombro nuevamente tras dejar huella en obras pasadas como “Lady Masacre”, “La melancolía de los feos” y “Diario del fin del mundo”, por ejemplo.“‘Frank’ se ve enfrentado a una serie de asesinatos en Bogotá, en la zona de tolerancia. Al mismo tiempo, hay dos personajes que lo irán acompañando: un sacerdote y una chica, quien empieza a estudiar artes plásticas y poco a poco se descubre con poderes extraños que la relacionan con brujas. Ellos van ahondando en la ciudad, descendiendo a su infierno”, detalla Mario Mendoza al puntualizar que uno de los retos fue el escribir a cada personaje desde diversas perspectivas en primera, segunda y tercera voz.Mario Mendoza señala que “Akelarre” significa la consagración de “Frank Molina”, personaje fuera de los clichés y que en los últimos años también ha llevado su propia lucha fuera de los libros para empujar a una nueva generación de lectores hacia la novela negra con sello latino.“‘Frank’ está en el ‘dark-side’, es un paciente psiquiátrico, un maniaco-depresivo crónico, un adicto a la cannabis. Es un personaje fuerte, pero terrible también de una manera muy conmovedora. Yo soy de un temperamento de mejor humor, más esperanzador quizá, y ‘Frank’ surge por mi necesidad de entrar a la novela negra y policiaca; hice un trabajo charlando con detectives de la vida real de Bogotá y me fui tropezando con ‘Frank’, que tiene un poco de todos”.El autor colombiano pone de ejemplo y aplaude la narrativa negra de colegas como Paco Ignacio Taibo II, Élmer Mendoza, Santiago Gamboa y Rubem Fonseca, entre otros, quienes en las últimas décadas han catapultado historias desde la oscuridad y la vulnerabilidad humana para cambiar la visión del lector ante personajes más realistas que huyen de los ideales romantizados del héroe perfecto.“Hay una diferencia entre los detectives anglosajones, que son de la línea clásica, que son la apología de la modernidad racional. Los inspectores y detectives, casi todos, tienen esa característica, personajes que son fríos, calculadores, en América Latina es todo lo contrario, son personajes alucinados, trastornados, que viven al borde, sin vidas comunes y corrientes. El padre de estos personajes podría ser ‘Pepe Carvalho’ de Manuel Vázquez Montalbán, aunque es español nos abrió hacia un nuevo detective”.Lo que no esperabaLas inquietudes por explorar el mundo gráfico también han tenido buenos resultados para Mario Mendoza, quien en colaboración con “Proyecto Frankenstein”, han publicado cuatro cómics largos con Planeta Colombia, así como la novela gráfica “Satanás” y la recién estrenada “Kaópolis”, con las que si bien ha podido llevar su imaginación al límite, sin saberlo hizo premoniciones que ahora son escalofriantes en el contexto de la pandemia por el COVID-19.“Cuando escribí los guiones fue el año pasado y los registramos, desde ahí ya había una pandemia. Escribí una pandemia en tres de estos cómics, uno ya salió y dos más están por hacerlo. Ha sido sorprendente cómo todas las hipótesis se confirman, empezamos a ver la pandemia cuando nosotros ya la habíamos ilustrado, como la velocidad de la realidad nos fuera capturando. Hay algo inquietante”, finaliza.JL