Miércoles, 27 de Noviembre 2024

María Geraci o la música como destino

La artista ha forjado un camino en el que abrazó a la música como profesión y que la ha llevado al éxito

Por: El Informador

Originaria de Maracay, tuvo una fuerte influencia sonora desde su infancia, lo que la llevó a estudiar música y luego tomarla como vocación. EL INFORAMDOR/G. Gallo

Originaria de Maracay, tuvo una fuerte influencia sonora desde su infancia, lo que la llevó a estudiar música y luego tomarla como vocación. EL INFORAMDOR/G. Gallo

La violinista venezolana María Stella Geraci, perteneciente a la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), nació en Maracay, estado de Aragua, y recuerda que muy chica -cuando tenía siete u ocho años- su madre la llevó junto con su hermano a ver una presentación de la Sinfónica de Aragua “y el impacto al ver cómo tocaban fue enorme; lo primero que tuve frente a mí fue el violín y, un año después, mi hermano y yo comenzamos a estudiar música”, relata la ejecutante en entrevista con EL INFORMADOR.

Así las cosas, para la instrumentista es claro que “soy una de las pocas venezolanas que no perteneció al Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, yo estudié en un conservatorio aparte -algo así como la competencia- y luego entré a una orquesta profesional (aquella que fui a ver cuando era niña) y después me fui a Caracas, a una orquesta municipal y finalmente toqué en la Sinfónica de Venezuela, que tiene ya 92 años, una institución muy importante”.

Formación y oportunidades

De esta forma, María Geraci pertenece a la primera generación familiar en abrazar la música como profesión y, por donde se mire, la suya es una historia de éxito; “pero mi educación fue similar a la que se sigue en Europa, primero se va al conservatorio a cursar las materias teóricas, dos años después te dan tu instrumento (pues sabes leer, sabes de armonía). Es un esquema más tradicional, a diferencia de, por ejemplo, el del Sistema”.

Por otra parte, formarse en esta estructura formal de educación musical “me permitió, además de tocar en Venezuela, salir del país antes de terminar acá en México”, relata la instrumentista, “estuve desde antes de 2010 en una orquesta, con sede en España, que se conoce como The World Orchestra (donde fui concertino, por casi 4 años), nos reuníamos dos veces al año, gente de todo el mundo, y preparábamos giras; era un ensamble muy grande, unos cien músicos. Ahí aprendí muchísimo”.

Llegar y quedarse

Ahora, tras esa experiencia de carácter internacional, María aprovechó “una oportunidad de trabajo” y vino a México, a invitación de amigos y pensó “en probar suerte; fue un periodo de prueba para reforzar una orquesta y, bueno, había visitado ya Zacatecas. Así, llegué a la OFJ en 2015, tengo casi siete años ya aquí”.

Así las cosas, al preguntarle acerca de la evolución que ha percibido en el sonido de la orquesta, la violinista refiere que “es complicado, nosotros los músicos trabajamos mucho con la empatía, hay muchas personalidades distintas; cuando se tiene un grupo de gente que toca junta por primera vez (como pasaba en la Orquesta Mundial), toma tiempo acostumbrarse al sonido colectivo”.

De ese modo, el avance “ha sido increíble”, detalla la ejecutante, “desde la primera vez que llegamos hasta ahora, creo que ya empezamos a sonar como una unidad. A esto ayuda mucho el oído sensible de un director, que es como un árbitro, quien indica y corrige, coloca la orquesta. Y encima estamos en un teatro muy bueno, créeme que si te cambian de posición es otra sonoridad. Es un placer la acústica de este teatro”.

Educar poco a poco

La OFJ cuenta con mucha gente joven entre sus músicos, algo que “es estimulante porque se cuenta con más tiempo para desarrollar las habilidades, moldeables si la personalidad no es muy fuerte, y ayuda mucho la sensibilidad, tener disposición, y que la última palabra sea la de un director consciente”, asegura Geraci.

Como educadora, la violinista ha tenido la oportunidad de ser parte de la formación de jóvenes músicos, “y el primer contacto de un niño con la música es lo más importante; si se le enseña mal, resulta complicado buscar corregir porque se puede truncar su carrera, hay que formarlos desde pequeños con las bases: buena técnica, buen solfeo, e ir educando poco a poco”.

Interacción con públicos

Asimismo, ante el plan anunciado por parte de la Secretaría de Cultura (SC) estatal sobre elevar el número de presentaciones de la OFJ en diferentes municipios y entidades, Geraci opina que “lo más factible y que se puede aprovechar más es emplear ensambles pequeños, porque es más concreto el contacto con la gente. Toco aquí en un grupo, el Cuarteto Arche, e hicimos un recorrido durante la pandemia por Casas Hogar (asilos), y fue de verdad increíble”.

Finalmente, respecto de este tipo de experiencias en las que se tiene contacto directo con el público, la violinista asegura que “allá en Venezuela tenemos un programa que consiste en visitar las escuelas para convivir con los niños y tocar para ellos, es una manera de introducir la música clásica para ellos, y ese acercamiento es muy interesante”.

TOMA NOTA

La orquesta mundial / Embajador Cultural de la Paz

Inspirado por la visión de Sir Robert Mayer, pionero de los conciertos de música clásica para jóvenes, el compositor y director de orquesta Igor Markevitch comenzó a formar orquestas internacionales como símbolo de esperanza para el futuro después de la II Guerra Mundial. En 2004, el director Josep Vicent asumió la dirección de la Jeunesses Musicales World Orchestra, relanzando el proyecto y actuando en escenarios de Chipre, Austria, Alemania, Holanda, Canadá, China, España, México, Sudáfrica, Los Balcanes y Líbano. Este proyecto The World Orchestra utiliza la música no solo como entretenimiento, sino como una forma de comunicar ideas y una plataforma para difundir la participación social de músicos de más de 64 países.
 

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones