El escritor español Manuel Vilas vuelve después del éxito de su novela “Ordesa”. “Alegría” es el título de la novedad editorial del autor nacido en Huesca en 1962, novela que fue elegida como finalista del Premio Planeta en su edición 2019. Desde su cuarentena en su hogar (en España), el autor nos platicó vía telefónica sobre esta nueva historia que se hila con la anterior: “‘Alegría’ surgió un poco al hilo del éxito de ‘Ordesa’. Yo viajé muchísimo. Me fui dando cuenta de que la historia que conté en ‘Ordesa’ necesitaba un final. Era como si esa historia de mi madre y mi padre tuviera que ser continuada. Pero son dos novelas independientes”. “Ordesa” fue un éxito de ventas casi inmediato tras su publicación en España: “Luego me fueron ocurriendo cosas que considero extraordinarias, personas que la leyeron venían a las presentaciones y me decían que eran amigos de mi padre. Todo eso lo escribía al volver al hotel. Quise completar la historia familiar a través de mis hijos. Si la otra novela hablaba de la relación con mi padre y mi madre, esta habla más sobre mis hijos. Entendí que había una especie de proceso familiar”.Parte del éxito de su literatura fue la conexión que logró con miles de lectores, al rememorar una época de España con el franquismo tardío: “El epicentro son los años 60. Yo nací en el 62, era niño. ‘Alegría’ narra los años en que está escrita, alrededor de 2018”.Mantiene el métodoEntre los libros de Manuel Vilas existe la tendencia a tener un personaje que lleva el mismo nombre, y en ocasiones carga la misma historia que cuenta. Este ha sido su método de escritura desde antes que la llamada autoficción estuviera en boga en la industria editorial. Para el autor “es mi forma de entender la literatura, necesito creerme lo que estoy escribiendo. Para creerlo necesito haberlo vivido, por eso utilizo mi propia vida. Es como si necesitara un certificado de autenticidad, saber que lo que estoy escribiendo es verdad. Por eso escribo autobiografía, no encuentro bien la ficción. Probablemente es un problema mío. Pero esto sólo explica cómo lo hago”.La vinculación con ese pasado ha conectado con lectores fuera de la frontera española: “Al principio pensé que como retrataba la sociedad española el éxito se debía a ese retrato realista de la sociedad, pero ocurrieron cosas inesperadas. La novela se tradujo al portugués, francés, italiano… Y fue un éxito igual que en España. Me hizo ver que hay algo universal, creo que la novela toca las relaciones de padres e hijos”.En “Alegría” el autor resalta los objetos y los detalles que a simple vista se dan por hechos: “Me fijo en detalles que a veces parecen insignificantes. En ‘Alegría’ y ‘Ordesa’ están los automóviles, por ejemplo, o los utensilios de la clase media, todos los electrodomésticos, cómo eran las casas, cosas pequeñas. Creo que eso es una de las claves de ver el mundo: prestar atención a las cosas que aparentemente no tienen importancia”.Otro elemento es recordar: “La memoria es muy caprichosa, se activa con cosas inesperadas. Pasa con Proust y la magdalena, un acto está conectado con el pasado y de pronto empezamos a recordar”.Ya que “Alegría” retrata una parte de su vida en la que promovió su novela anterior, los hoteles y los viajes (a la par de la rememoración) son frecuentes: “La vida sin movimiento no la comprendemos. Con el confinamiento notamos que no estamos vivos porque no podemos movernos. Vida y movimiento son la misma cosa: el narrador de ‘Alegría’ al moverse se siente vivo. Al quedarse quieto pensamos que no estamos vivos”. Agrega que “una persona que viaja se siente viva. Los hoteles casi siempre son psicoanalíticos: el narrador busca volver a una habitación originaria. Todo ser humano tiene el cuarto de su infancia como una especie de seno materno, protegido del mundo. Ese cuarto ya ha desaparecido: no dormimos allí”.“Alegría” evoca también la música, con los nombres de los hijos ligados a compositores: “Mis hijos en la novela se llaman como los músicos. Me gusta mucho la música, como si la novela estuviese presidida por el espíritu”. Vilas es un autor que escribe acompañado de música: “En mi caso si no escucho música no puedo escribir. La música me cura moralmente, y me da igual el tipo de música, pop, clásica. Me ayuda espiritualmente, me sienta bien, me inspira y me humaniza. Siempre escribo con música, no muy fuerte, me ayuda a entrar en el misterio del lenguaje: la música es crear un orden en el sonido, y la novela busca crear el orden en el lenguaje”.Antes de terminar la charla, Manuel se interesa por cómo se vive la contingencia sanitaria en México, y comparte su opinión en España: “Para mí son tiempos muy duros. En España hay casi 15 mil muertos, está siendo una tragedia. El confinamiento lleva ya 26, 27 días siendo obligatorio. Es perder la libertad. Es casi un mes, es como estar en la cárcel. Vivimos un momento muy terrible que va a cambiar el mundo”.