Ayer continuaron las actividades de la Bienal Vargas Llosa, con la mesa de diálogo “La literatura: espejo de la historia”, moderada por el escritor y periodista peruano Renato Cisneros. El autor comenzó la sesión agradecido por estar en Guadalajara, algo que no podrá repetir en la próxima Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) pese a haber estado en la lista inicial de Perú como invitado de honor: “Me he enterado que no voy a poder venir en noviembre a esta ciudad preciosa, a la FIL, una fina cortesía del ministro de cultura de mi país, que decidió desembarcar a un grupo de autores de la delegación que va a participar en la feria de Guadalajara. Lo lamento sobre todo por las cinco autoras que han sido excluidas y que reúnen todos los méritos para participar”. En la lista de excluidos, además del propio Cisneros, están escritoras como Gabriela Wiener y Katya Adaui, celebradas internacionalmente.A propósito del concepto del espejo, explícito en el nombre de la mesa, la autora jalisciense Cecilia Eudave comentó: “también los escritores somos espejos. Finalmente espejos de nuestro contexto social, de nuestra formación de vida, del núcleo familiar en el que estamos, del país, de nuestra identidad en todas sus variantes. A partir de ahí lo que hacemos es escribir: y nuestros textos son también espejos, donde el lector se aproxima y ve una representación muy próxima o semejante de lo que quieren ser o de lo que creen que son”.El cubano Rafael Rojas habló de varios libros de escritores de la isla, que abordan el pasado deslocalizándolo en ucronías. Como ejemplo abundó en la autora Legna Rodríguez Iglesias, que “tiene un conjunto de relatos que pueden ser leídos como una novela, ‘Mi novia preferida fue un bulldog francés’, con la tradición de la novela de dictadores latinoamericana. Aparece un dictador, veterano de la guerra civil española, que luego hace la revolución en Cuba, y es una especie de mezcla de Fidel y Franco, que gobierna hasta los noventa años una isla en un lugar imaginario”.Selva Almada, finalista de la bienal por su novela “No es un río”, comentó: “La historia me interesa siempre más relacionada a las personas. Cómo la historia aparece en la vida de una persona o un grupo de personas, no de quienes salen en los libros de historia”. Más adelante añadió: “La historia, la época, atraviesa nuestros textos. No hay manera de despojarse. Incluso en aquellas novelas que son distópicas o de otros géneros podemos leer una época”.Sobre la historia en la literatura, Eudave recordó el movimiento de la novela histórica sobre la revolución mexicana, comentando la obra de Jorge Ibargüengoitia: “La manera de cifrar la historia desde otros discursos, desde otras perspectivas, enriquece mucho, refresca y acerca a las nuevas generaciones”. También habló de la “Tragicomedia mexicana” de José Agustín: “Esta es otra manera de ver la historia. Aunque lo hace desde un punto de vista ensayístico no deja de percibirse ese talento e ironía que tiene José Agustín”.La bienal culmina hoy con el anuncio del premio, en el Paraninfo de la UdeG. Previo estará Mario Vargas Llosa en conversación con las escritoras Leila Guerreiro y Rosa Beltrán. Si te interesó esta noticia y quieres saber más, entonces descarga y descubre INFORMAPlus, la aplicación digital de EL INFORMADOR, en donde tenemos contenidos exclusivos, seleccionados por nuestros editores, para darles una experiencia más completa a los lectores.Descarga la aplicación y pruébala GRATIS por treinta días.Para iOS: https://apple.co/35jaVgb Para Android: https://bit.ly/3gwVSEVSi eres suscriptor de EL INFORMADOR tu acceso está incluido, solicítalo al 33 3678-7777.