Ni todas las medidas que el Museo de Louvre ha tomado para proteger a la Gioconda, o mejor conocida como la Monna Lisa, permitieron que saliera ilesa de un ataque, producido ayer domingo, por un hombre que arrojó un pastel a la obra de Leonardo da Vinci.En cuanto el betún y todo lo demás ingredientes del pastel impactaron contra el cristal que resguarda el retrato de Lisa Gherardini, la mujer en quien se inspiró este retrato, las autoridades del museo parisino sacaron del recinto al hombre que propinó el acto.Pero sin importar la presteza con que actuaron, las y los presentes capturaron el momento en que una de las obras más famosas del Louvre recibió el “pastelazo”, imágenes y videos que ya viajan en las redes sociales de todo el mundo.El responsable llegó al centro museístico en sillas de ruedas, por lo que se encontraba más cerca de la obra, que las y los demás presentes. Además, usaba una peluca y un sombrero con los que, se sospecha, trataba de ocultar su identidad. Sin embargo, cuando fue expulsado de la sala, aprovechó para enunciar un par de consignas en pro del medio ambiente, dirigiéndose a los celulares que lo captaban.Este incidente se suma a otros que ha sufrido el cuadro, incluyendo su robo, en 1911, cuando las visitas a Louvre se multiplicaron. Las y los visitantes del recinto se encontraban ávidos de presenciar un clima en el que el retrato de Lisa Gherardini, la mujer plasmada por da Vinci, se ausentaba. Luego de una ardua búsqueda, la pintura volvió a su lugar en 1913, pero para esa fecha la prensa y la población, en general, ya habían mitificado su espectro.Para las autoridades del museo, resultaba inverosímil que una persona hubiera escapado con un lienzo de 40 centímetros de ancho y 70 más de largo, sin que nadie lo advirtiera.La aclaración del hurto causó una mezcla de animosidad e indignación en quienes siguieron de cerca la cronología del robo, al enterarse que el responsable no se trataba de ninguna persona de personalidad pomposa y extravagante, sino de Vincenzo Peruggia, un trabajador del museo, que abandonó la cárcel, luego de cumplir su condena de siete meses de cautividad.