El escritor argentino Patricio Pron visita la FIL para presentar su libro “Mañana tendremos otros nombres”, ganador del Premio Alfaguara de Novela 2019. En éste, el autor cuenta la historia de una separación para en medio de la narración presentar una serie de ideas alrededor de la realidad contemporánea de las sociedades en que vivimos: “Creo que son preocupaciones de todos nosotros. Cuestiones como la penetración de lo digital en el ámbito de la experiencia amorosa, la gentrificación a la que estamos expuestos en las grandes ciudades, la transformación y devaluación de las experiencias. Me parece que son fenómenos en los que pensamos todos, la diferencia sustancial es que algunos tenemos la posibilidad de hablar acerca de ello, de hacer una novela como esta. Pensé que quizá lo interesante sería hacer una novela sobre la intimidad y mostrar cuánto hay de construido, cuánto de político y colectivo en esa experiencia. Pensamos que nuestras parejas no s conciernen solo a nosotros o que son el resultado de nuestra unión espontánea con otras personas. Al margen de ser una decisión voluntaria, en realidad hay un montón de factores políticos, económicos y sociales que operan por debajo para hacer posible una relación, o para hacerla imposible. Un poco la idea era hacer una novela aparentemente de amor, pero hablando de todas las cosas que hacen al amor”, comentó Pron en entrevista.Como género, la novela ofrece la posibilidad de este tipo de disertaciones: “Por su plasticidad inherente en la forma de novela permite incorporar también pasajes ensayísticos como los que aparecen en el libro. Hubo un largo proceso de documentación, como autor parto de lo que no sé, antes de lo que sé. Ese proceso supuso la posibilidad de confirmar algunas cosas que pensaba de cómo vivimos actualmente, el tema central de la novela, y también refutar otras. La novela se alimentó de ese proceso de documentación, yendo hacia lugares que no esperaba a los que fuera”.Sobre el subgénero literario de la novela de ideas, Patricio comentó: “Sí la pensé como una novela de ideas, aunque es un género que por sus ejemplos más resonantes podría generar la impresión de ser solo novelas muy sesudas, muy complejas. Sí hay ideas, sí hay reflexiones, pero no estoy muy seguro que pertenezca por completo al género. Desde luego tampoco pertenece a la novela romántica, es una novela con amor, no adherida a las convenciones de ese tipo de novelas. Orilla a los géneros, juega con elementos de varios géneros, e invita al lector a que elija sus pasajes favoritos”.Del título, “Mañana tendremos otros nombres”, resalta la característica de tener unos personajes masculinos y femeninos cuyos nombres no se refieren: “Hay dos aspectos que me hicieron decidir que los personajes no tuvieran nombre: la idea de que iban a tenerlo (desde el título mismo) y también que vivimos en ciudades donde la experiencia que tenemos tiende a anonimizarnos: nos convierte en un número o en un rostro en la multitud, al punto en el que todos tenemos muchos nombres: uno por cada red social en la que participamos, acompañado de la contraseña, otra cuestión bastante interesante sobre la que habrá de escribir en algún momento. Son nombres que se devalúan, que no siempre son nombres, podemos ser medianamente anónimos”.