En el marco del Tercer Festival de Novela Negra Huellas del Crimen -realizado en San Luis Potosí-, el cual tiene como temática principal la violencia y la conducta criminal en la literatura, escritores internacionales de novela negra participaron en distintas ponencias y charlas sobre sus obras y ofrecieron sus reflexiones sobre la realización del festival. Una de las participaciones estelares es la de John Ajvide Lindqvist, escritor de novela de terror proveniente de Suecia y ganador de varios premios de literatura en su país.Para John Ajvide Lindqvist, participar en este evento representa traer consigo algo distinto a la temática de la novela negra. “Yo no soy un escritor de crimen. Soy un escritor de horror. Tengo un estilo negro, pero no como los demás escritores. Es bueno para mí traer mi trabajo a un festival como éste en un país como México”, dijo el escritor.El narrador reflexionó sobre el miedo y su paso a la violencia, el cual es la esencia de sus libros. “Lo más espantoso para el ser humano es la muerte. La violencia es una representación visual del miedo a la muerte, porque la muerte en sí misma no es muy interesante. La violencia representa la amenaza de que podemos morir, de distintas maneras, y eso es lo interesante, como se construye el paso a la muerte”.Ajvide comentó que el género de horror se ha expandido en otros medios como el cine y la televisión y esto habla de una sociedad violenta que día a día se enfrenta a la realidad. “Hay un sentimiento de miedo general en el mundo. La gente siente inquietud y lee un libro de novela negra o ve una película de horror. Lamentablemente esto es sólo una extensión, porque la violencia es real y permanece afuera, en el mundo”.El autor dejó en claro su opinión de la novela negra como un género literario y mencionó que no solo se trata de delitos y homicidios, sino que también evoca lo negativo que el ser humano posee, algo que traspasa los límites de la sensibilidad y la calma.En sus libros, entre los que se encuentran “Déjame Entrar” (2004) y “Descansa en Paz” (2007), se aprecia su inclinación por el terror y la violencia, además de ser las primeras novelas del género de horror en Suecia. Antes de convertirse en un escritor, Lindqvist trabajó durante doce años como ilusionista y cómico. Cuando era adolescente, solía realizar espectáculos de magia en la calle para los turistas que visitaban Estocolmo.