Sábado, 23 de Noviembre 2024

La historia de la ciudad que fundó un país

El analista político Héctor de Mauleón vuelve a su oficio de cronista para rescatar las historias perdidas de la capital del país con los libros “La ciudad oculta”

Por: Gerardo Esparza

Autor. La más reciente publicación de Héctor de Mauleón fue editada bajo el sello de Planeta.

Autor. La más reciente publicación de Héctor de Mauleón fue editada bajo el sello de Planeta.

Héctor de Mauleón ha retratado de forma habitual la vida de una ciudad que conforme avanza se transforma. Cronista de gran calado regresa a ese espacio de la literatura donde la prosa va de la mano del periodismo para contar las historias perdidas y aquellas que dejaron cicatrices aún visibles en una ciudad milenaria como lo es la capital del país.

Editado bajo el sello de Planeta y divido en dos tomos, “La ciudad oculta” pone las historias, esas que se pierden en el trajinar de los días, al servicio de la Historia para mirar de nuevo a la Ciudad de México con otros ojos. “El libro cuenta cómo fue el primer día de la ciudad en 1522 cuando el cabildo se reúne por primera vez y empieza a armar lo que hoy es la Ciudad de México y va avanzando a través de personajes fantasmales: aparecen la Malinche, el caso de la mujer de Cortés que amaneció estrangulada y va retratando la epidemia de cólera, la invasión norteamericana de 1847, los grandes sismos y las grandes inundaciones.

También retrata los crímenes que marcaron a la ciudad, la nota roja que cimbró a sus habitantes”, comenta en entrevista el también analista político.

La idea, según dice de Muleón, de hacer “La ciudad oculta”, surge por su interés de explorar los temas que habían quedado pendientes en sus trabajos anteriores, en lo que ya había explorado, aunque no tan a detalle ni de forma tan extensa, la ciudad que fundó un país.

“Hace un par de años de salió un libro que se llamó ‘La ciudad que nos inventa’, era la continuación de ‘El tiempo repentino’ y ‘El derrumbe de los ídolos’; esos tres libros eran una colección de crónicas e historias de la Ciudad de México que se centraban en momentos del siglo XX. Sin embargo, el tercer libro fue un rescate de las historias de la ciudad planteadas desde 1519. Al hacer ese libro me di cuenta que quedaban muchas historias pendientes, que había cientos de crónicas sobre los momentos estelares que marcaron un hito para la Ciudad de México: momentos que la habían paralizado, que la habían conmovido, que la habían puesto de cabeza como las inundaciones, los terremotos, las epidemias… y todos los desastres. También encontré historias de personajes que eran poco conocidos y habían hecho sobre la memoria o el conocimiento de la ciudad. Fui juntando crónicas y notas y comencé a trabajar en esos materiales y me dediqué a escribir y reescribir. Fue un libro que me permitió reencontrarme con personajes y anécdotas que hacía mucho no frecuentaba; se habían cruzado por mi vida y los tenía en una especie de limbo”.

El escritor comenta que si bien es un libro que narra el centro del país, se puede leer como un texto más. “Es como leer una novela sobre París, si la novela está bien hecha caminas por sus calles. Ese es un problema de toda la literatura, depende mucho del interés del lector y de lo que pueda provocar el libro. Es la historia no sólo de la Ciudad de México sino del país; son 500 años del encuentro de Moctezuma y Hernán Cortés, son 500 años del inicio del modo de vida del que venimos y son 500 años de personajes comunes porque es la historia de un país”.

La interminable guerra contra el crimen organizado

De Mauleón no sólo ha tratado de rescatar la memoria de las calles, también de manera habitual señala la corrupción y el trasiego de drogas en los barrios más tradicionales de la Ciudad de México. El columnista y periodista de temas de narcotráfico, señala con pesar que no ve atisbos de cambio si la política contra las drogas no cambia su modelo de perseguir sólo a los grandes criminales y no se centra en la reglamentación del uso de narcóticos.

“A la luz de lo que ha pasado en el país, si seguimos en el camino de sólo detener a los capos y a los lugartenientes, la droga seguirá ahí y la tentación del dinero provocará que alguien los reemplace; ya hemos visto desde que empezó el descabezamiento de los cárteles que siempre hay nuevos líderes y cada vez más violentos y menos preparados. Eso demuestra que es un camino equivocado porque la sangre no para, la droga sigue llegando, la complicidad entre autoridades sigue presente. Es momento de replantearnos en serio un cambio de estrategia”.

Tapatío

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