El pasado 12 de enero el diario español El País publicó la columna de opinión “Los premios que (no) otorgáis”, de Leila Guerriero. En ella, la periodista argentina señala el caso del Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz que anunció como ganadora a María Gainza por su novela “La luz negra” (publicada por Anagrama en 2018). La circunstancia, que se dio a conocer durante la pasada edición de la Feria Internacional del Libro (entidad convocante del certamen), fue que la novelista no pudo viajar a Guadalajara por motivos personales. Por una súbita enfermedad de su hija, la escritora argentina no logró tomar el vuelo que la llevaría a la ceremonia de premiación, a celebrarse el miércoles 4 de diciembre en la edición 33 de la FIL, por lo que la entrega del diploma impreso y el monto económico se han retrasado. En su texto, Leila presenta el tema desde una perspectiva de género, recordando también la vocación del Sor Juana (que premia a la mejor novela escrita por mujeres en español): “La vida de las mujeres está dotada de dificultades y/o facilidades características del género”. La autora resalta igualmente la industria editorial, en donde existen premios que privilegian la promoción del libro incluso con giras (no es el caso del Sor Juana de la FIL, donde solo se realiza una mesa de diálogo sobre el libro y se proponen entrevistas): “transforma un símbolo de reconocimiento en castigo a una conducta, además de reafirmar al escritor como figura performática antes que como sujeto que escribe”. La colaboración de Guerriero en el periódico español especula sobre el estímulo económico que lleva el premio: “es posible que María Gainza no reciba los 10 mil dólares”. Leila no se comunicó para corroborar el dato con el comité organizador de la FIL. En una entrevista con un diario de la capital del país, Marisol Schulz (directora de la FIL) aclaró desde los mismos días de la feria que la entrega del premio “se pospuso porque la autora ganadora, María Gainza, tiene a su hija enferma. Vendrá a recibirlo en otro momento, cuando pueda viajar”. Sobre la comunicación de la feria con la autora o la editorial, Mariño González (titular del área de prensa de la FIL), comentó vía telefónica: “Nuestra directora habló con la editorial que postuló a la autora para el premio y estamos en muy buenos términos. Lo importante es que nunca, en ningún momento, se canceló la recompensa ni el premio. Se canceló la ceremonia”. Sobre la entrega del diploma señaló que queda pendiente y se dará una vez que se coordinen con la escritora. Ya que el tema volvió a la palestra por la columna de Leila Guerriero, la FIL emitió un comunicado oficial ayer, donde el comité organizador afirma que María Gainza “sigue conservando el reconocimiento, como lo decidió el jurado calificador”. Sobre el monto que conlleva, la feria adelanta que se hará cuando se cumplimenten la documentación fiscal requerida: si se hará vía transferencia electrónica, depósito o cheque está todavía por definirse. La presencia de la autora en Guadalajara, para fines de encuentros con el público lector y acaso recoger el diploma impreso en la ciudad, González dijo que “para la FIL es de interés que pueda venir en algún momento, cuando su situación mejore”, aunque no se adelantó una fecha posible.Al comuicarnos con María Gainza para conocer su opinión sobre el tema y el estatus de su premio, la escritora se limitó a responder: “Nadie se comunicó conmigo”. Así mismo, desde Barcelona, fuentes de Anagrama confirmaron que la FIL ya les había asegurado que el premio sí se va a otorgar.
